Es importante anticipar cambios al analizar sus inversiones y su plan financiero, para poder adaptarse cuando sea necesario.
Los últimos años mal acostumbraron a los inversores al brindar rendimientos excepcionalmente altos y baja volatilidad. Pero a medida que surgen señales de que el mercado alcista podría estar acercándose a su fin, quizá sea momento de que los inversores comiencen a buscar alternativas. En función de algunos parámetros, el mercado de valores ha sido excepcionalmente volátil en 2018. Para abril se habían producido más movimientos de alza y baja de al menos el 1% en el índice S&P 500 que durante todo 2017.
Sin embargo, si usamos una de las mediciones favoritas de los profesionales de las finanzas, el índice de volatilidad de CBOE, o VIX, incluso la turbulencia de este año fue relativamente leve. "En los últimos 20 años, el VIX promedió 20", explica Brandon Thurber, director del grupo de Investigación de inversiones de Regions Asset Management. En contraste, dice Thurber, el VIX estuvo por debajo de 10 a lo largo de buena parte de 2017. "A futuro no debemos asumir que un ámbito en el que es esperable hacer dinero con poca volatilidad o riesgo de agotar la cartera se mantenga". Esa perspectiva es crítica para los inversores al planificar sus metas financieras de largo plazo.
La mala noticia detrás de lo bueno
El actual mercado de valores en alza está alcanzando una extensión récord, por lo que es razonable preguntarse cuánto tiempo más va a durar, especialmente a medida que sube la inflación y las tasas de interés, dice Thurber. En particular, la inflación genera una preocupación creciente, ya que el Índice de Precios al Consumidor se elevó a un nivel anual del 2.8% en mayo—muy por encima de la meta inflacionaria de la Reserva Federal, del 2%. Al mismo tiempo, la Reserva Federal aumentó la tasa de interés de los fondos federales de corto plazo al 2% en junio. Fue la segunda de las cuatro subas de tasas previstas para este año; se esperan más subas en 2019 y 2020.
Por supuesto que los niveles bajos de desempleo y una economía que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, declaró "en excelente forma" son buenas noticias, pero ponen más presión sobre la Reserva Federal a la hora de evitar que la economía se sobrecaliente. Y a medida que suben las tasas y aumentan los costos de los préstamos, las ganancias de las compañías comienzan a flaquear, lo que a su vez baja los precios de las acciones.
El valor de los bonos también podría caer con la suba de las tasas de interés. Y aunque siempre son buenos los rendimientos más altos, especialmente para inversores orientados a los ingresos, la posibilidad de que las acciones y los bonos, o ambos, bajen, puede resultar preocupante.
"En función de las condiciones actuales, creemos que el mercado se corregirá en el futuro", dice Leslie Carter-Prall, directora de Regions Private Wealth Management. "Es difícil, diría que casi imposible, calcular a la perfección los tiempos del mercado, así que trabajamos con nuestros clientes a corto plazo para estar preparados para diferentes eventualidades del mercado".
Según sugiere Thurber, una forma de estar preparado es con inversiones alternativas que no se vean tan influidas por los movimientos de acciones ni bonos. Es una categoría de inversión amplia que incluye una amplia variedad de vehículos, desde fondos de cobertura y capital privado, hasta bienes raíces como alternativa de menos liquidez del espectro, o futuros administrados y estrategias con posiciones largas y cortas, o fondos con carteras de alternativas personalizadas (consulte "Conozca sus alternativas" en la página 9) en el extremo con más liquidez. Las inversiones alternativas añaden diversificación a la cartera, lo que puede ayudar a reducir la volatilidad cuando haya movimientos en la mayoría de los mercados.
Saber lo básico
Cuando piensa en inversiones alternativas, la mayoría de las personas piensa en primer lugar en fondos de cobertura. Por la forma en que están estructurados y se ofrecen, estas carteras tienen más libertad de acción en términos regulatorios que un fondo mutuo estándar. Los administradores de fondos de cobertura capitalizan el hecho de que además aportan más flexibilidad a las inversiones, con la posibilidad de armar estrategias amplias y en general oportunistas para encontrar ventajas únicas, explica Thurber. Un fondo de cobertura de capital con posiciones largas y cortas, por ejemplo, puede tener acciones en la porción "larga" de la estrategia y además tomar posiciones cortas con contratos que permitan beneficiarse cuando caen los precios de una acción. Otros tipos de fondos tienen la flexibilidad de implementar diferentes metodologías.
Diversificación, pero con costo
Un motivo por el que muchos vehículos de inversión alternativos implican el empleo de estrategias oscuras es que solo los "inversores acreditados" que reúnen requisitos muy exigentes de patrimonio e ingreso pueden asignar posiciones en estos productos. La mayoría de los fondos alternativos cobran cargos importantes que se calculan basados en el porcentaje de activos invertidos y el rendimiento de la inversión. Los inversores de un fondo de cobertura, por ejemplo, podrían tener que pagar un cargo equivalente al 2% del valor de sus inversiones, además de un "cargo de incentivo" adicional que se calcula basado en el rendimiento de ese año del fondo.
Los fondos de cobertura y otros vehículos alternativos también ofrecen menos liquidez que los fondos mutuos y otros valores. Muchos fondos de cobertura y fondos de capital privado exigen a los inversores resignar el acceso a su inversión por un período especificado de varios años.
"Son fondos que exigen bloquear el acceso al capital por un período largo, por lo general una década o más", explica Thurber.
También es importante destacar que las estrategias a las que recurren muchas inversiones alternativas conllevan riesgos que son mucho más grandes que los de una cartera diversificada típica. Los administradores de estos fondos buscan destacarse en una industria muy competitiva y ofrecen rendimientos que llaman la atención de sus inversores, tienen criterios audaces a la hora de proyectar dónde van las acciones, sectores y mercados, y luego hacen inversiones agresivas, en general con grandes montos de apalancamiento que permitan aumentar el potencial de ganancias. Cuando las cosas no funcionan como estaba previsto, las pérdidas son considerables.
Cómo encontrar la mejor alternativa para su situación
Es posible que los riesgos y falta de liquidez que suponen los fondos de cobertura y otras inversiones alternativas no sean un problema para los inversores más jóvenes o adinerados, que pueden permitirse apartar dinero para sus inversiones durante varios años, o que tienen tiempo de recuperarse si los mercados sufren retrocesos.
Pero posiblemente muchos otros quieran buscar vehículos con menos concesiones. Ahí es cuando entran en escena las inversiones alternativas líquidas y multiestrategia que Regions ofrece a sus clientes.
"Podemos personalizar estas carteras y adoptar exposiciones bien intencionales a tipos particulares de alternativas", dice Thurber. "No buscamos solo goles, sino un juego consistente, y consideramos que estas alternativas con liquidez son la clase de activo intermedio. Nuestra meta en el tiempo es que pueda llegar al mismo lugar al que llegaría si solo tuviera una cartera de acciones y bonos, pero que llegue con menos volatilidad y riesgos más bajos".
Según Thurber, en un año típico, las carteras de inversiones líquidas alternativas apuntan a rendimientos —y niveles de volatilidad— que se ubican entre los de los principales índices de acciones y bonos. Los fondos además aportan liquidez diaria. "Las alternativas líquidas ayudan a lograr estabilidad a la asignación total de activos, especialmente en épocas de volatilidad extrema del mercado", dice Carter-Prall.
Carter-Prall añade que la decisión de recurrir a inversiones alternativas depende de diversos factores personales que debe conversar con su Asesor Patrimonial. "Es importante evaluar en qué etapa de su vida se encuentra, cuáles serán sus necesidades de gastos y cuánta volatilidad puede soportar en el camino para lograr sus metas particulares", dice.
Pero, según Thurber, en muchas situaciones una asignación del 10 al 20% en inversiones alternativas tiene sentido. "Esto propicia cierta diversificación sin desviarse de las metas más grandes, así sean de apreciación del capital o de generación de ingresos", explica. "Las inversiones alternativas pueden ayudar a apuntalar la cartera en situaciones adversas de los mercados".
Thurber destaca que en los últimos años el rendimiento de muchas estrategias alternativas quedó por detrás del de las inversiones tradicionales. Por ejemplo, los futuros administrados, que son una estrategia que usa en carteras alternativas líquidas, rindieron bastante mal en los últimos años. "Pero históricamente los futuros administrados tuvieron su correlato tanto en las acciones como en los bonos, que es cercano a cero", dice. Esto podría suponer una buena alternativa cuando las estrategias tradicionales flaquean.
"No es posible invertir en retrospectiva", dice Thurber. "Hay que mirar hacia adelante con la expectativa de que, al hacerlo, algo de exposición a inversiones alternativas podría ser mucho más beneficioso de lo que hubiera sido en la década pasada. Puede ayudar a mantener el curso si aumenta la volatilidad".