Siga estas indicaciones básicas sobre planificación de patrimonio para protegerse y proteger a sus seres queridos.
Muchos profesionales en actividad laboral piensan que la planificación de patrimonio es algo que pueden posponer hasta que se jubilen. Aunque en la etapa de actividad es natural no reflexionar sobre el final de la vida, tomar ciertas medidas en el presente puede ayudarle a sentar una base sólida en la cual apoyarse cuando sus circunstancias cambien.
No es necesario tener un saldo sustancioso en la cuenta bancaria ni muchos bienes inmuebles para obtener beneficios de un plan de patrimonio. La planificación del patrimonio es un proceso continuo que conlleva determinar quién puede tomar decisiones sobre atención médica y organizar la información financiera en su nombre ante una emergencia. Estas decisiones son importantes a cualquier edad. Si no las toma, puede que su familia y sus amigos queden desorientados respecto de sus deseos si usted muere o queda incapacitado.
Sin importar en qué etapa de su vida se encuentre, usted puede elaborar un plan de patrimonio que le ayude a tener una perspectiva clara y le dé tranquilidad. A continuación le explicamos cómo empezar.
1. Reúna su información
Las personas suelen conservar su información importante, tanto la personal como la financiera, en múltiples carpetas y archivos en línea porque piensan que la organizarán cuando dispongan de más tiempo. Imagine cuán difícil podría ser para sus familiares encontrar su tarjeta del Seguro Social o los detalles sobre sus cuentas de jubilación si usted no estuviera en condiciones para informarles dónde buscar.
Para crear un sistema ordenado, elabore un documento con su información personal, tal como su nombre legal completo, su número del Seguro Social, su domicilio de residencia y su fecha y lugar de nacimiento. Añada copias de cualquier documento emitido por el gobierno, como partidas de nacimiento o actas de matrimonio. Incluya nombres y números telefónicos de contactos como su cónyuge, sus hijos, amigos cercanos, abogados, asesores financieros: cualquier persona a quien desee que se le informe si algo llegara a ocurrirle. Incluya cualquier otro tipo de información que estas personas pudieran necesitar para hacerse cargo de sus asuntos. Por ejemplo, si tiene una mascota, incluya la información de contacto de su veterinario.
Luego, reúna sus registros financieros. Dicha información podría incluir estados de cuenta e informes sobre corretaje, números de cuenta, datos sobre el seguro, resúmenes sobre beneficios de jubilación, detalles sobre hipotecas, nombres de titulares de tarjetas de crédito y números de dichas tarjetas, y una copia de su última declaración de ingresos gravables. Si suele recibir sus estados de cuenta e informes sobre corretaje en versión electrónica, haga además una lista de los nombres de usuario y las contraseñas de sus cuentas en línea.
Una vez que haya reunido esta información, dígale a alguien de su confianza dónde encontrarla en caso de haber una emergencia. Podría programas un calendario con recordatorio para revisar periódicamente su información y ver si hay algún cambio o alguna actualización.
2. Hable sobre sus preferencias en cuanto a la atención médica
Las personas que registran por escrito el tipo de tratamiento que desearían, y el que no aprobarían, frente a una emergencia o al final de sus vidas tienen más probabilidades de recibir el tipo de atención que desean. Planificar este tipo de decisiones también ayudará a su familia en el caso de que usted quede incapacitado.
Infórmese sobre los tratamientos que los médicos pueden usar para mantener a una persona con vida frente a una emergencia, y sobre las opciones disponibles para atención de una persona en etapa terminal. Tal vez sea útil analizar diversas posibles situaciones junto a su médicos y sus familiares.
Luego, redacte disposiciones anticipadas: un documento legal que entra en vigencia si usted se enferma de gravedad y no puede hablar por sí mismo. Un típico documento de disposiciones anticipadas está compuesto por dos elementos. El primero de ellos es un testamento en vida, que explica a los médicos el tratamiento que desea frente a varias situaciones si no puede tomar sus propias decisiones. El segundo es un poder duradero para asuntos de atención de la salud, en el cual se designa a un representante que tome decisiones por usted en cuestiones médicas si usted está incapacitado. Informe a su familia y a su médico sobre sus disposiciones anticipadas y corrobore que sepan cómo acceder a esta información frente a una emergencia.
3. Ordene sus finanzas
Una vez que tenga un poder duradero para asuntos relativos a su atención médica, puede que también desee designar a un apoderado financiero. Esta persona, que podría ser su cónyuge u otro representante de su confianza, puede acceder a sus cuentas financieras en su nombre si usted está con vida pero no puede tomar decisiones.
Luego de su muerte, la mayoría de sus activos, incluidas sus posesiones personales, pasan a formar parte de su patrimonio. Una audiencia de validación de testamento en una corte estatal revisará su patrimonio para corroborar que sus acreedores reciban lo que se les debe y que sus activos sean distribuidos entre las personas correctas. Redactar un testamento contribuye a que el proceso avance sin problemas porque define claramente sus intenciones.
En su testamento, que deberá redactar con la ayuda de un abogado, incluya primero cualquier donación que desee hacer a asociaciones benéficas y los destinatarios de sus activos. Si tiene pensado legar objetos específicos a determinadas personas, incluya detalles sobre eso también. En segundo lugar, designe un albacea, que puede ser un familiar o amigo de su confianza que haya aceptado supervisar el proceso de saldar sus deudas, pagar impuesto en nombre suyo y distribuir sus activos. Si tiene hijos que aún no son adultos, designe a sus tutores legales en el testamento también.
Para muchas personas, su activo financiero más valioso son sus cuentas de jubilación, por ejemplo, una IRA o 401(k). En la mayoría de los casos, si ha designado beneficiarios para estas cuentas, dichos activos pasarán a esos beneficiarios, independientemente de lo que usted haya redactado en su testamento.
Si tiene una cantidad considerable de activos financieros o circunstancias complejas, podría serle útil hablar con su asesor financiero y su abogado sobre crear un fideicomiso, es decir, una estructura legal que permite a una persona transferir activos a otra persona u organización. Un fideicomiso no entra en la audiencia de validación de testamento, por lo que permite la transferencia inmediata de propiedades al fiduciario después de su muerte para que se haga la distribución correspondiente según los términos del fideicomiso.
4. Tenga en cuenta su legado digital
Un plan patrimonial moderno debe tener en cuenta que gran parte de nuestras vidas se desarrolla en línea. Tal vez su familia desee acceder a determinados correos electrónicos para recordarle o para guardar copias de fotos archivadas en las cuentas de sus redes sociales. También es posible que usted tenga sus propios deseos sobre lo que se debería guardar o eliminar de sus cuentas después de su fallecimiento.
Según la ley, usted no es dueño de sus cuentas digitales, usted solo tiene la licencia de ellas. Cada compañía tiene sus propias políticas para manejar las cuentas de los miembros que han fallecido. Sin embargo, muchos estados han adoptado la Revised Uniform Fiduciary Access to Digital Assets Act, la cual otorga a compañías digitales y a su albacea varios derechos sobre los datos digitales. Lo mejor es establecer en su testamento, poder, fideicomiso y carta de instrucción para su albacea indicaciones en lo relativo a la descarga de fotos, archivo de correos electrónicos o eliminación de cuentas en línea antes de que dejen de estar accesibles. Incluya una lista de sus cuentas de correo electrónico y de redes sociales junto con información de ingreso.
Debido a que las contraseñas en línea pueden cambiar con frecuencia, puede resultar útil usar un administrador de contraseñas en línea para almacenarlas y actualizarlas. En ese caso, su albacea solo necesitaría saber cómo ingresar a su cuenta de administrador de contraseñas.
5. Haga una revisión y actualice regularmente
Crear el plan original es la parte más exhaustiva. Después de todo, si contrae matrimonio, tiene hijos, se muda a otro estado o país, o pasa por otro hecho memorable, podrá ajustarse fácilmente a su plan para reflejar nuevos objetivos y preferencias.
Una vez al año, revise los beneficiarios que figuran en sus cuentas de jubilación y pólizas de seguro. Por ejemplo, si incluyó a sus padres como beneficiarios cuando abrió las cuentas y posteriormente, formó una relación estable, podría cambiar de beneficiario y designar a su cónyuge o pareja.
Actualice su testamento cada tres a cinco años, o cada vez que haya un acontecimiento significativo en su vida. Según lo establece la ley, un nuevo testamento invalida cualquier testamento previo, pero también es posible incluir en el nuevo testamento una declaración que expresamente indique su deseo de anular el testamento anterior.
Crear un plan patrimonial en el presente le ayudará a ordenar sus activos y proteger a sus seres queridos, pero también le permitirá dejar establecidas importantes decisiones sobre su salud y finanzas por si llega un momento en el que no pueda hacerlo. A medida que su vida vaya avanzando, vuelva a evaluar este plan y modifíquelo para que se vaya adaptando a las diferentes circunstancias que atraviese.
Comience con nuestra lista de control de planificación de patrimonio.