Opinión sobre acciones
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Acciones: visión positiva para empresas de alta capitalización de EE. UU. pese a preocupaciones por concentración

Julio de 2024

El S&P 500 subió un 3.5% en junio, lo que supone un rendimiento total del 15.3% en lo que va del año, el mejor resultado del índice a mediados de cualquier año de elecciones presidenciales desde 1976. El refrán “vende en mayo y vete” no se ha cumplido esta vez, y seguimos esperando que las acciones estadounidenses de alta capitalización suban durante los meses de verano antes de que la volatilidad vuelva a entrar en la ecuación en la previa a las elecciones de noviembre. Un aumento del gasto fiscal podría conducir a una mejora muy esperada y bienvenida de la amplitud del mercado, dado que dos sectores, servicios de comunicación (+26%) y tecnología de la información (+28%), han generado la mayor parte de las ganancias del S&P 500 este año. En la segunda mitad de junio se observaron algunos signos de rotación a otros sectores, cuando el capital abandonó a medias el sector de tecnología de la información, en concreto las acciones de semiconductores, para posicionarse en las de consumo discrecional, energía y servicios financieros, entre otras.

Si bien es un hecho alentador, unas pocas semanas no marcan una tendencia, y con apenas un 40% de las acciones que componen el S&P 500 cotizando por encima de la media móvil de 50 días a finales de mes, la participación en el repunte de junio fue aún menor de lo que nos hubiera gustado. La mejora del impulso de los precios en sectores sensibles desde el punto de vista económico, como el de consumo discrecional, el financiero y el industrial, ayudaría considerablemente a aliviar algunas de las preocupaciones de los inversores en torno al alto nivel de concentración dentro del S&P 500, ya que las principales 10 compañías por participación representaban más del 36% del índice a fin de mes. A falta de una mayor amplitud, seguirá siendo difícil que el mercado en general experimente una caída del 5% o superior mientras el capital siga rotando dentro de las “7 Magníficas”, como demuestran las subas de Alphabet, Amazon, Apple, Meta Platforms y Tesla a principios de julio, en tanto que Nvidia cotizaba a la baja mientras asimilaba el considerable repunte posterior a la presentación de resultados. La concentración del índice acapara los titulares, pero el potencial de la inteligencia artificial (IA) para impulsar la productividad y la rentabilidad de un amplio abanico de empresas, no sólo las del sector de la tecnología de la información, sigue siendo la narrativa de mayor impacto para las acciones. Como resultado de esta perspectiva, es probable que el S&P 500 se encuentre sobre una base más estable de lo que podría inferirse del alto nivel de concentración del índice.

Gráfico de acciones de julio de 2024

La estimación de los beneficios por acción del S&P 500 para todo el año 2025 se elevó hasta los $277.58 a fines de junio, lo que implica un crecimiento de los beneficios del 14.5% en 2025 frente a 2024. De cara al año 2026, la estimación de consenso ha subido hasta los $309.20 desde los $303.43 de finales de año, lo que implica un crecimiento de los beneficios del 11.4% frente a la estimación actual de 2025. Las revisiones positivas de los beneficios han sido el catalizador de las ganancias del S&P 500 en lo que va del año, ya que las mayores estimaciones de beneficios futuros y la esperanza de recortes de la tasa de interés de la Reserva Federal este año han permitido a los inversores mirar más allá de las elevadas valoraciones y centrarse en valoraciones futuras menos exigentes, a medida que el S&P 500 cotiza a un nivel más razonable de 17.7 veces los beneficios esperados para 2026. La próxima temporada de presentación de resultados trimestrales comienza este mes, lo que, junto con las revisiones positivas de ganancias y una Fed que probablemente flexibilizará su política monetaria en septiembre, debería permitir al S&P 500 acomodarse a su valoración actual con el tiempo.

Gráfico 2 de acciones de julio de 2024

Acciones de baja y mediana capitalización en la cuerda floja. La caída de los rendimientos del Tesoro durante el mes de junio debería haber dado lugar a una mejora de los resultados absolutos y relativos de las acciones estadounidenses de baja y mediana capitalización (SMid) durante el mes. Pero, en lugar de centrarse en los menores costos de endeudamiento, los inversores se enfocaron en el “por qué” de la caída de los rendimientos, e interpretaron el retroceso en el sentido de que quizás el crecimiento económico podría disminuir en los próximos meses, lo que provocó una baja mensual del 1.8% en el índice S&P 1000. Si bien las acciones de baja y mediana capitalización no lograron repuntar con la caída de los rendimientos del Tesoro en junio, también podrían enfrentar problemas si las tasas suben nuevamente, ya que probablemente aumentarían los costos de endeudamiento esperados. Este contexto dificulta el arrastre de estas acciones, a pesar de lo que parecen ser fundamentos sólidos y métricas de valoración atractivas.

Un punto débil de los índices de acciones de baja y mediana capitalización ha sido la “promoción” de nombres de alto vuelo relacionados con la IA que lograron pasar del S&P 600 y 400 al S&P 500 después de importantes subas en lo que va del año. Esto es un recordatorio de que las empresas pueden ser excluidas de los índices de referencia incluso después de tener un muy buen desempeño, y que los gestores activos son más capaces de dejar correr las ganancias de sus inversiones que los índices basados en reglas. La combinación de vientos macroeconómicos en contra y la reconfiguración de los índices SMid ha supuesto un fuerte obstáculo para las acciones de baja capitalización, ya que el S&P Small Cap 600 quedó rezagado con respecto al S&P 500 de acciones de alta capitalización en un 16% en lo que va del año hasta junio. El S&P Mid Cap 400 mostró un desempeño un poco mejor, con una suba del 6.2% durante ese período, aún por detrás del S&P 500 por un margen considerable, pero superando al S&P 500 de igual ponderación en algo más del 1%.

Las acciones de mediana capitalización suelen ser un atractivo coto de caza para los gestores activos, dado que el S&P 400 y otros índices de mediana capitalización tienden a incluir empresas que los analistas de Wall Street no siguen de cerca, lo que genera oportunidades de identificar acciones infravaloradas. Las acciones de mediana capitalización también son atractivas para los inversores que buscan títulos con betas más elevados, o apalancamiento en un mercado alcista, pero con un sesgo hacia empresas más consolidadas y menos endeudadas en relación con los índices de baja capitalización. Aunque el entorno económico y de tasas de interés podría favorecer a las empresas de mediana capitalización durante un tiempo más, es probable que la confianza en torno a las empresas de baja capitalización esté a punto de desaparecer, dado que los parámetros como el interés en corto, o las apuestas a que el precio de una acción bajará, han aumentado en los últimos meses. No vemos que la economía estadounidense se esté ralentizando en la medida implícita actualmente en las valoraciones de las acciones de baja capitalización y, dado que estas acciones se beneficiarían enormemente de los recortes de las tasas de interés de la Reserva Federal, preferiríamos esperar a que mejore el impulso de los precios antes de plantearnos aumentar la exposición a las SMid.

Política monetaria menos restrictiva favorable para las acciones de la eurozona, pero el riesgo político en aumento nos deja en una posición neutral. Como se esperaba, el Banco Central Europeo (BCE) recortó las tasas de interés clave en 25 puntos básicos a principios de junio, pero el recorte fue “agresivo", visto que los responsables de la política monetaria incrementaron las expectativas de inflación tanto para 2025 como para 2026, al tiempo que frenaron las perspectivas de nuevos recortes de tasas en las próximas reuniones. El índice STOXX Europe 600 se inclina fuertemente hacia sectores cíclicos como el de servicios financieros, industrial y de materiales, y mantiene una proporción saludable en sectores sensibles a las tasas de interés, como los servicios públicos y las telecomunicaciones. De forma aislada, las tasas de interés de corto plazo más bajas podrían impulsar la actividad económica, las ganancias empresariales y la confianza de los inversores en la renta variable de la zona del euro. Sin embargo, la capacidad del BCE para recortar aún más las tasas en los próximos meses dependerá de la rapidez con que disminuyan las presiones inflacionarias en la zona euro y de las acciones, o la inacción, de los bancos centrales de Estados Unidos y Asia. La política monetaria en la eurozona va en la dirección correcta, pero la disfunción política en todo el bloque monetario va en aumento, ya que las elecciones celebradas a principios de junio fueron desestabilizadoras y el aumento del riesgo o la incertidumbre política presionó al alza los rendimientos de los bonos soberanos. Mientras los países de la zona del euro se preparan para elecciones anticipadas en los próximos meses, la actividad económica podría desacelerarse fuertemente a pesar de las tasas de interés más bajas, por lo que sería razonable adoptar un enfoque cauto respecto de las acciones de la zona euro hasta que los nubarrones políticos empiecen a disiparse.

Riesgo político en la eurozona: ¿oportunidad o trampa? Los mercados desarrollados extranjeros fueron a la zaga de las acciones estadounidenses de alta capitalización en junio, con el índice MSCI EAFE cayendo un 1.6% durante el mes frente a la suba del 3.5% del S&P 500. Gran parte de la reciente debilidad en el extranjero se ha centrado en la zona del euro después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, disolviera la Asamblea Nacional del país y convocara a elecciones anticipadas sorpresivamente. El aumento de la incertidumbre política en Francia vuelve a poner de relieve lo endeble y frágil que sigue siendo la unión del bloque del euro, y los participantes del mercado corrieron a refugiarse, dado que otros países de la UE podrían correr la misma suerte en los próximos meses. La mayor incertidumbre política en la zona del euro no es nada nuevo para los inversores avezados, pero los actores del mercado se preguntan si el retroceso de las acciones de la eurozona es una oportunidad para aumentar la exposición o si se trata del comienzo de un período de agitación política que pesará sobre el crecimiento económico, los beneficios empresariales y la confianza de los inversores en la zona del euro.

La política de mayor flexibilización del Banco Central Europeo en las próximas reuniones podría favorecer el crecimiento económico en los siguientes trimestres, lo que podría reforzar la confianza de los inversores y generar entradas de capital. Es probable que la incertidumbre política siga siendo elevada en toda la zona del euro, aun con las elecciones anticipadas en Francia habiendo quedado atrás, pero las valoraciones de las acciones de la eurozona siguen siendo relativamente atractivas. Además, incluso un ligero debilitamiento del dólar estadounidense podría ser otro catalizador positivo para los exportadores de la zona del euro. Los inversores que redujeron su exposición a las acciones de la eurozona durante el último mes podrían verse en la situación de tener que recomprarlas a precios más altos a medida que se disipan los nubarrones políticos, y con las expectativas de un mayor crecimiento económico respaldado por políticas menos restrictivas de los bancos centrales que sustentan nuestra opinión, mantenemos una posición neutral.

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