Serie "Lo que quiero que mi hija aprenda" con Liz O’Donnell
Las mujeres de la actualidad están agobiadas por los mensajes y presiones sociales de "tenerlo todo". Desde la ama de casa, esposa y madre hasta la líder laboral resuelta y concentrada, la mujer moderna ahora trabaja para abordar con éxito todos esos roles.
Pero encontrar un equilibrio entre todo eso puede ser muy difícil. "Creo que, en este momento, estamos luchando con la idea de que 'tenerlo todo' quizás no significaba tenerlo todo en el mismo momento", dice Liz O’Donnell, ejecutiva de relaciones públicas, esposa y madre de dos hijos, fundadora del blog Working Daughter y líder de la comunidad.
Lo que O’Donnell espera para su hija de 11 años es que, en lugar de ir tras lo que "debería" hacer, se sienta realizada en lo que sea que realice, tanto en el hogar como en el lugar de trabajo, o en ambos lugares.
"Creo que es importante que mi hija comprenda que ella tiene su propia independencia financiera. Además, deseo que pueda hacer aquello que quiera en su propio hogar", dice O’Donnell.
El "debo hacer" nunca es la respuesta
"Una de las cosas por las que veo renegar a las mujeres es porque tienen muchos "debo hacer" en sus mentes y es difícil encontrar aquello que realmente quieres hacer cuando tu mente está repleta de obligaciones", expresa.
O’Donnell ejemplifica esto en su propia vida, enseñándole a su hija que no hay que hacer lo que la sociedad o la familia nos indica que debemos hacer, sino de aquello que nos traiga alegría y plenitud.
O’Donnell desea que su hija vaya detrás de aquello que verdaderamente quiere hacer. "No lo que yo, su padre o su pareja creemos que ella debe hacer", advierte.
Eso nos muestra la forma en que O’Donnell se refiere al trabajo. "Tengo mucho cuidado de no decir 'tengo que ir a trabajar'. En cambio, digo 'elijo ir a trabajar' porque no quiero que ella crezca pensando que el trabajo es algo que debemos hacer por obligación", comenta.
Rompa los estereotipos
Deshacerse de los "debo hacer" implica desarticular los estereotipos. Desde un principio O’Donnell comenzó a hablarles a sus hijos sobre los típicos roles y representaciones de género.
"Les hablo de las normas sociales, de los estereotipos y del estándar sobre el cual las mujeres se valoran según su aspecto", dice O’Donnell. "Si ellos conocen todo eso, entonces pueden procesarlo".
Cuando tenía 10 años, la hija de O’Donnell llegó de la escuela y le dijo a su madre que un compañero le había dicho que corría como una niña. O’Donnell le preguntó a su hija cuál fue su reacción, a lo que la niña respondió: "Lo desafié a correr una carrera, le gané y le dije 'así es como corre una niña'". Aquel fue un momento de validación para O’Donnell: su mensaje había sido escuchado.
No se focalice en la perfección
O’Donnell espera que las decisiones que tomó en su propia vida inspiren a su hija para ayudar a otras mujeres, así como también para ser consciente de los desafíos que surgen al encontrar un equilibrio entre formar una familiar y continuar desarrollando la profesión.
"Lo que realmente deseo para mi hija es que tenga una familia o una vida personal maravillosa y una carrera excepcional por la que se despierte feliz todas las mañanas. Pero, para lograrlo, ella no podrá focalizarse en alcanzar la perfección", dice O’Donnell.
Esto nos remonta a la idea de "deber hacer". La próxima generación debe aprender que no es necesario verse perfectos y que tener un poco de lío está bien.
"Me fascinaría que tenga una pila de ropa para lavar y platos sucios, si eso significa que pasa más tiempo con sus hijos o entrenando para una maratón", dice O’Donnell.