Existen pocos acontecimientos tan dramáticos como cambiar de profesión o vender su negocio. Aquí le ofrecemos consejos sobre qué tener en cuenta a la hora de enfrentar este momento tan decisivo.
Podemos llamarlo espíritu aventurero profesional: siempre está en busca de nuevos retos y nuevos horizontes, más allá de lo que ya logró. Así tenga un negocio que construyó o un empleo que solía gustarle y ahora siente que lo limita, quizá llegó el momento de buscar nuevos rumbos.
Lanzarse a una nueva aventura genera entusiasmo, pero también trae aparejadas varias preguntas complejas. ¿Qué pensarán mi cónyuge y mi familia de este cambio? ¿En qué se verá afectado nuestro estilo de vida? ¿Qué pasa si las cosas no funcionan? ¿Puedo hacer el cambio sin poner en riesgo mi futuro financiero?
Responder estas preguntas le ayudará a tomar la decisión correcta acerca de cuándo y cómo iniciar este nuevo capítulo en su vida.
Primero, pregunte por qué
"En definitiva se trata de comprender qué impulsa la necesidad de cambio", dice Bryan Koepp, estratega patrimonial de Administración del Patrimonio Privado en Regions. "Es el momento de considerar sus pasiones y sus objetivos". Si bien todos los negocios y todos los empleos tienen momentos en los que uno quiere escapar, en realidad es cuando su pasión realmente pasa por otro lado que llegó el momento de buscar un cambio.
Los cambios necesariamente traen aparejados riesgos, así que lo que hay que considerar es qué estaría dispuesto a negociar para alcanzar su nuevo objetivo. Dice Koepp: "piense en su estilo de vida actual, qué expectativas tiene y cómo define su jubilación, si es que jubilarse está en sus planes". Aunque haya trabajado arduamente a lo largo de toda su carrera, ¿está preparado para los sacrificios extraordinarios que suponen, digamos, dejar un cargo ejecutivo para iniciar una empresa? "Puede suponer un compromiso que insuma las 24 horas del día, todos los días del año", añade. "Así que es importante estar seguro de que el proyecto lo apasiona lo suficiente como para enfrentarlo".
Su empresa, su futuro
Si la transición implica dejar la empresa que construyó, la mejor forma de garantizar un pasaje que lo beneficie, beneficie a su familia y a la propia empresa, es comenzar por hablar del tema años antes del momento en que tiene previsto dejarla.
"La primera pregunta es: ¿qué quiere que suceda con la empresa?" dice Dennis Tygart, estratega patrimonial de Administración del Patrimonio Privado de Regions. Por ejemplo, ¿venderá la empresa a un comprador externo o la mantendrá dentro de la familia?
Mantener una empresa en la familia tiene un atractivo innegable. Pero esas transiciones pueden ser complejas, porque involucran no solo sus sueños, sino también los de su seres queridos. Si un hijo administra la compañía mientras otro es maestro de secundaria, quizá convenga diseñar una estructura de compensación y propiedad que recompense el trabajo arduo del administrador, sin dejar de garantizar un legado y propiedad parcial para el maestro. También le conviene transferir la compañía de manera que no tenga tanta carga fiscal, para contar con más dinero a la hora de jubilarse o iniciar otro emprendimiento, además de la liquidez que necesita la compañía para operar.
De una u otra forma, la comunicación es esencial, dice Tygart. "¿Sabe si sus hijos quieren continuar con el negocio?" Recuerda al propietario de una fábrica pequeña y rentable, cuyos planes se basaban en el supuesto de que su hijo adulto, que trabajaba allí, se haría cargo. Pero tuvieron una conversación franca en la que el hijo le dijo que quería quedarse durante la transición de su padre y después seguir con su vida.
Sin embargo, con demasiada frecuencia las familias no tienen esta conversación hasta último momento, lo que suele resultar en sentimientos de resentimiento y una venta apurada y poco conveniente. "Puede verse forzado a vender su empresa por mucho menos de lo que vale", dice Tygart. Por suerte, en el caso de la fábrica, el propietario tuvo años para coordinar una venta ordenada a un competidor, a un precio atractivo.
Si efectivamente decide vender la empresa, buscar un comprador externo puede ser la opción más práctica para lograr lo que se propone hacer después.
Pero solo un 20 % de las compañías que salen a la venta encuentran un comprador, dice Judi Cunningham, una consultora de empresas familiares de TELOS Group y docente invitada de Kennesaw State University en Georgia. Dice que los propietarios suelen pasar por alto cuánto del valor de su compañía depende de sus propias habilidades, conocimientos y relaciones.
"Los propietarios por lo general son la compañía", dice, "y los posibles compradores pueden tener poco interés en una empresa cuyo jugador más importante se va". Para mejorar el posible precio de venta, los propietarios pueden dar mayor responsabilidad a los empleados clave y dejar que formen relaciones independientes con los clientes.
Cambiar de carrera o solo cambiar de marcha
No todos se van de un negocio familiar o dejan una empresa que iniciaron desde cero. Una transición puede tener que ver con dejar un empleo cómodo y lucrativo para probar algo nuevo. Los empleados de toda la vida pueden querer intentar con un emprendimiento propio. O un médico de un consultorio grande quizá quiera independizarse y abrir su propio consultorio. También es igual de habitual ver personas que dejan su empleo para dedicarse a la gastronomía como pasión recreativa.
"Un buen comienzo es hacer un estudio de factibilidad comercial", dice Koepp. Los componentes específicos de ese estudio dependen de cuáles son sus planes. "Empiece por crear un inventario de sus bienes y decidir qué está dispuesto a poner en venta", sugiere Koepp. Vender acciones o tomar parte de la herencia familiar pueden aportar el financiamiento que necesita.
Una opción más riesgosa, y que podría ser perjudicial, podría ser tomar un préstamo contra su Plan 401(k), añade. "El costo de repagar ese préstamo, incluida la tasa de interés y la carga impositiva que conlleva, podría ser alto", dice Koepp. Tocar su 401(k) podría terminar afectando sus planes de jubilación. Su equipo de Patrimonio privado de Regions puede ayudarle a analizar otras opciones, como buscar crédito u obtener capital de inversores externos.
Concentrarse en los ingresos
A medida que emprende una carrera o emprendimiento nuevo, procure contar con suficientes ingresos para vivir a lo largo de un período lento, dice Koepp. Recuerda a un profesional que decidió independizarse después de muchos años trabajando para una corporación grande.
"Alrededor de un año antes de irse, armó un plan de negocios formal. Eligió el nombre de la compañía y contrató a un abogado para iniciar el proceso de inscripción". Aunque armar su consulta privada le llevó tiempo, esa planificación fue útil. Seis años después, a pesar de que sus jornadas de trabajo se extendieron de manera sustancial, encontró la sensación de libertad y autodeterminación que buscaba, cuenta Koepp.
Si va a iniciar la transición a un empleo en el que su salario probablemente se mucho más bajo a partir de hoy, "analice cuidadosamente sus recursos actuales", sugiere Tygart, para saber qué estilo de vida podrá tener y qué ajustes deberá hacer.
Proteger su legado
Hacer un cambio tan drástico puede agotar la energía, pero no debe dejar de tener en cuenta las consideraciones de largo plazo, dice Tygart. "¿Qué quiere que le quede a su familia o a las obras de caridad que el importan?"
Si espera poder legar su empresa y otros bienes importantes a la próxima generación, ¿cómo puede hacerlo sin que esto suponga una carga fiscal muy alta? ¿Los fideicomisos benéficos pueden aportarle los ingresos que necesita ahora y al mismo tiempo dejar una donación generosa a las obras benéficas cuando ya no esté?
A medida que transcurre su vida y evolucionan sus metas, "estas son las cosas que es importante que controle y vuelva a evaluar en los meses y años que se avecinan", dice Koepp, y destaca que un asesor patrimonial de Regions puede ayudarle a reunir a un equipo de especialistas, incluido un estratega patrimonial, que puede aconsejarlo y asesorarlo con respecto a las diversas cuestiones fiscales, patrimoniales y legales en torno a su transición. "Si reúne a tres o cuatro expertos, podrán anticipar sus necesidades y pensar en cosas que a usted no se le ocurrieron. Su objetivo principal es ayudarle a que su transición sea exitosa".