Los negocios familiares son la base de la economía estadounidense, pero solo el 30 por ciento sobrevive para llegar a la segunda generación, según la Small Business Association.
Los pequeños negocios pueden ser difíciles de mantener. Con frecuencia, sus fundadores dejan que las emociones, la dinámica familiar y la preocupación acerca de lo que es justo orienten sus decisiones comerciales.
Si bien estos factores son importantes, pueden llevar a los propietarios de los negocios a tomar decisiones que no son las mejores para el futuro de su empresa, ni para sus propias carteras financieras. "La prioridad debería ser proteger los mejores intereses de la empresa, porque esa empresa puede ser el único sustento de su familia y sus empleados", dice Baker Crow, Vicepresidente sénior de Administración del Patrimonio Privado de Regions.
Una decisión fundamental que es preciso tomar es si desea mantener el negocio familiar en manos de la familia. Si lo va a legar a la generación que le sigue, ¿cómo puede transferir los bienes de manera efectiva a sus sucesores? Y si tiene previsto venderlo, ¿qué tipo de comprador buscará? No importa cuál sea el plan exacto, con seguridad aflorarán las emociones.
Para evitar las emociones, un primer paso sería mantener conversaciones con sus familiares acerca del futuro de la empresa y luego evaluar cada alternativa para determinar cuál es la mejor decisión. Aquí delineamos tres opciones comunes para ceder un negocio, y las consideraciones clave:
Ceder el negocio a la familia
Si un integrante de su familia se muestra interesado en dirigir su negocio, quizá le convenga legárselo directamente como una donación. Esta estrategia funciona solamente si no le molesta pagar impuestos sobre esa donación. El IRS exige una tasación independiente por un tasador calificado. Si el negocio tiene un valor por encima de cierta cifra, es probable que el empresario deba pagar impuestos sobre las donaciones o sobre el patrimonio. El monto exacto depende de cómo estructura el pasaje, así que consulte a su representante bancario y a su abogado para conocer sus opciones. Por ejemplo, los matrimonios pueden optar por hacer una donación dividida, lo que aumenta el importe de lo que puede donar.
Otra opción popular es crear un fideicomiso con anualidad retenida por el otorgante (GRAT). Al colocar el negocio en un fideicomiso, los empresarios pueden personalizar la forma en que se dona el negocio a la familia y encontrar una estrategia para minimizar la carga tributaria por la transferencia. El IRS tiene normas estrictas respecto de estos fideicomisos, así que consulte a su abogado y a su contador para ver si la estrategia funcionaría en su caso.
Vender el negocio a la familia
Aunque esté listo para jubilares, es posible que no cuente con los recursos financieros que necesita para retirarse de su negocio y los ingresos que genera. Un buen término medio entre donar el negocio a sus hijos y venderlo a un tercero puede ser vendérselo a sus hijos. La familia conserva el control, y usted recibe dinero extra para su jubilación.
Hay algunas cuestiones a considerar. Primero, ¿pueden costear la compra? Si no pueden, podría aceptar un pagaré, el documento de compromiso de pago conocido como "IOU", y podrían ir pagándole con el tiempo, dice Crow. Pero esto funciona solamente si el negocio genera suficiente flujo de efectivo como para cubrir ese pago y además suficientes ingresos para los nuevos propietarios. "Además, ¿quiere que su seguridad futura dependa de su capacidad de administrar el negocio y pagarle la deuda?", pregunta Crow. Si la respuesta es "no", van a tener que buscar financiamiento de otra parte, como un préstamo bancario.
Si su familia realmente participa en el negocio como empleados, también podría implementar un plan de opción de compra de acciones para los empleados (ESOP) con el que les puede dar un porcentaje de su salario en acciones del negocio.
Vender un negocio puede generar ganancias de capital abultadas para el vendedor. Para minimizar la carga tributaria, puede pensar en crear un fideicomiso caritativo de bienes remanentes (CRT). Con esta estrategia, transfiere el negocio al fideicomiso y sus hijos pueden comprarlo desde allí. Usted y su cónyuge pueden extraer un ingreso de por vida del fideicomiso, ya sea como un monto anual fijo o como un porcentaje del total de activos. La desventaja de esta estrategia es que después de su fallecimiento y el de su cónyuge, el remanente del fideicomiso se dona automáticamente a una obra de caridad de su elección, no a sus herederos, motivo por el cual no pagó impuestos sobre las ganancias de capital cuando lo creó.
Vender el negocio a un tercero
Desde un punto de vista estrictamente financiero, puede recibir un precio más alto al vender su negocio a un comprador que no es de su familia, como un competidor, inversores en capitales privados o hasta empleados que no son familiares. Es una buena opción si no tiene hijos interesados en hacerse cargo o si tiene empleados de confianza que manifiestan interés. Hasta podría ser una estrategia útil para preservar la paz en la familia. "Si tiene cuatro hijos y solo uno trabaja en el negocio, es muy difícil ser equitativo porque los intereses de sus otros hijos pueden no estar en línea con los del negocio", dice Crow.
Antes de optar por ese camino, es importante tener una idea aproximada del valor de su negocio y expectativas realistas sobre las necesidades financieras futuras de su familia. Es un buen momento para incluir a su abogado, su contador y su asesor patrimonial de Regions en la conversación, ya que pueden ayudarle a determinar si puede obtener lo que necesita de su negocio o si debe conservarlo un tiempo más para que siga subiendo su valor.
Si opta por donar o vender su negocio, y si decide que quede en la familia o no, son decisiones que pueden tener un impacto importante en la seguridad financiera de largo plazo de su familia. "No es una decisión sencilla, ni una que se pueda tomar apurado", dice Crow. "Lo recomendable es crear un plan sucesorio para su negocio con muchos, muchos años de anticipación".