Incluso si no va a vender su empresa, considere centrarse en la valoración máxima.
Preparar una empresa para su venta puede ser una herramienta potente para maximizar su valor, incluso cuando un propietario no tiene interés en vender. El proceso, y la autoevaluación, necesarios para elaborar una valoración correcta puede revelar maneras de maximizar el valor de la compañía.
“Observamos que los propietarios y posibles vendedores aprenden mucho sobre su empresa al pensar en la perspectiva fresca e imparcial que podría aportar un comprador sobre la forma en que están llevando adelante el negocio”, cuenta Gene Bowles, director ejecutivo de BlackArch Partners.
Maximizar el valor de una empresa implica adoptar una visión desapasionada de la dirección, los clientes y las operaciones de la compañía. A continuación, le mostramos cómo empezar:
- Revise su estructura de gestión. “¿Cuántos niveles tiene su equipo ejecutivo? ¿Tiene personas en los puestos correctos que atraigan compradores?”, pregunta Bowles.
- Considere su base de clientes. Depender de un puñado de clientes para obtener la mayor parte de los ingresos también es un riesgo para los compradores. “Una autoevaluación que revele que los ingresos dependen de unos pocos clientes puede generar iniciativas para diversificar la base de clientes de la empresa”, explica Bowles.
- Actualice sus sistemas. Los sistemas de información financiera deben poder producir información oportuna y precisa. “Si sus sistemas no son apropiados, muchas veces no obtiene buena información y aleja a posibles compradores”, afirma Bowles.
- Defina su marco temporal como propietario. Definir claramente los objetivos debe ser el comienzo de cualquier exploración de la valoración de su empresa. ¿Quiere reducir el riesgo de su perfil financiero personal mediante la incorporación de deuda externa o capital social? ¿Quiere hacer crecer el negocio? ¿Está pensando en un plan de sucesión y una salida total? ¿Cuál es su marco temporal?
Pasar por el proceso de alcanzar la valoración máxima de la empresa es beneficioso incluso si nunca se pone a la venta. Trabajar con un representante bancario experimentado y capacitado para determinar la valoración de una compañía ayuda a que el proceso sea más eficiente y exhaustivo. Su guía se vuelve aún más importante si el propietario decide vender la empresa.
Cómo una composición de capital adecuada puede aumentar el valor de la empresa
Si bien no es algo ampliamente reconocido, asegurarse de que la composición de capital de la empresa esté alineada con su estrategia y estructura también es un elemento importante para maximizar su valor. Por ejemplo, supongamos que la estrategia comercial de una empresa minorista es aumentar los ingresos mediante la expansión de la cantidad de tiendas que opera.
Abrir tiendas nuevas requiere mucho dinero y, con frecuencia, la empresa no tendrá las relaciones necesarias con sus bancos que posibiliten la expansión. “Cuando eres una empresa pequeña, es posible que tengas relaciones individuales con algunos bancos”, señala Taylor McCutcheon, director ejecutivo de Finanzas Corporativas Comerciales de Regions Capital Markets. “Esa relación podría ser un préstamo único para equipos aquí, un préstamo inmobiliario allí y una línea de crédito de capital de trabajo en otro lugar”.
Existen razones por las que este enfoque puede inhibir la maximización de la valoración de la empresa. Por un lado, la gestión de varias relaciones bancarias puede consumir un valioso tiempo ejecutivo. Otro desafío es que la financiación de una empresa a nivel de activos puede limitar su capacidad para aprovechar plenamente las oportunidades de crecimiento.
En cambio, la financiación a nivel corporativo a través de un préstamo sindicado puede brindar acceso a fondos necesarios y flexibilidad. “Hablo con las empresas sobre la posibilidad de buscar líneas de crédito multibancarias y tener una estructura de financiación de deuda coordinada en la que varios bancos (a menudo, los mismos bancos con los que trabajaba antes) prestan exactamente las mismas líneas de crédito corporativas”, explica McCutcheon. “Estas líneas de crédito sindicadas pueden ampliarse a medida que su empresa crezca”.
Parte de maximizar el valor de la empresa también implica utilizar los vehículos de financiación óptimos para su tipo de negocio. Por ejemplo, un método que emplean los bancos para evaluar si conceder un préstamo a una empresa es analizar sus operaciones, ingresos, márgenes y previsiones de ventas. “Se calcula cuál es la probabilidad de que puedan cumplir con su previsión y generar el flujo de caja para devolvernos el dinero”, describe Barry Bobrow, director ejecutivo de Regions Business Capital.
Pero otro método para evaluar la capacidad de una empresa para devolver un préstamo es determinar cuánto dinero podría generar si tuviera que liquidar todos sus activos. Esto es lo que hacen Bobrow y sus colegas cuando evalúan la posibilidad de otorgar un préstamo en función de los activos.
“A veces, las empresas atraviesan cambios cíclicos o seculares que afectan su flujo de caja. En otros casos, la compañía puede estar atravesando un cambio estratégico”, añade Bobrow. “En todos esos casos, los bancos pueden estar más dispuestos a prestarles dinero basándose en ese valor de liquidación que a través de un análisis de su flujo de caja. Los préstamos basados en los activos podrían resultar una forma estable de financiación durante períodos de cambio”.
Cuando una empresa busca maximizar su valor, determinar la composición de capital óptima es un tema que vale la pena conversar con su banco.
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