En tiempos de incertidumbre, elegir ahorrar un poco de dinero adicional o pagar una deuda puede ser más complicado. Estos son los aspectos que debería tener en cuenta.
A medida que nos recuperamos y buscamos la estabilidad en un mundo incierto post-COVID-19, muchos estadounidenses están analizando mejor su salud financiera ―en especial sus ahorros de emergencia. Una encuesta reciente llevada a cabo por Regions Bank* determinó que un cuarto de los estadounidenses tendría dificultades para cubrir un mes de gastos con sus ahorros actuales.
Si acaba de recibir un poco de dinero ―una bonificación, un reembolso impositivo o un cheque de estímulo― podría estar preguntándose si debería usarlo para pagar deudas o ahorrar los fondos para cuando tenga dificultades. Durante momentos de incertidumbre económica, es importante analizar cuidadosamente algunos factores antes de decidir cómo usar mejor el dinero extra.
¿Debo saldar la deuda o ahorrar?
Priorizar el pago de deudas con intereses altos con el dinero adicional siempre ha sido el consejo estándar de los gurús financieros. El razonamiento que avala esta opinión tiene sentido: en última instancia, ahorrará más si cancela la deuda con intereses altos, reduciendo el interés que se paga a largo plazo. Si bien este es un consejo digno, durante tiempos de incertidumbre económica, es una buena idea analizar la seguridad de sus finanzas antes de aplicar el efectivo adicional al pago de una deuda existente.
¿Su capacidad de cubrir sus gastos está en riesgo?
Si la respuesta es "sí" o incluso "quizás", debería intentar ahorrar el efectivo para un fondo de emergencia en vez de cancelar deudas. Efectúe los pagos mínimos de los saldos a la fecha de vencimiento para minimizar el efecto sobre su puntaje de crédito y tener el efectivo a mano. Si lo peor sucede y usted termina perdiendo una fuente de ingresos, el dinero que tiene guardado puede ayudarlo a cubrir los gastos hasta que pueda recuperarse. Sin ese acopio, podría verse incapaz de pagar algunas facturas, lo cual podría generarle incluso más deudas.
¿Tiene estabilidad financiera en este momento?
Si tiene la buena fortuna de estar en una posición financiera segura con ahorros para casos de emergencia, entonces usar el dinero adicional para cancelar deudas con altos intereses sigue siendo una estrategia sólida. Incluso si se encuentra en una posición no tan estable, quizás tenga la oportunidad de administrar la deuda y además ahorrar. Por ejemplo, podría ahorrar la mitad de su reembolso impositivo o cheque del estímulo y usar el resto para cancelar deudas.
Otras tácticas para reducir las deudas con altos intereses
Si su crédito está en buen estado, quizás tenga otras opciones para reducir las deudas con altos intereses. Analice las tasas de sus deudas y verifique si tiene oportunidades para reducir los intereses. Una opción podría ser transferir el saldo de la tarjeta de crédito a una tarjeta de crédito con una tasa de interés más baja. O bien, podría recurrir a una consolidación de las deudas para obtener una tasa de interés menor y reducir los pagos mensuales. Antes de tomar una decisión, use nuestra calculadora de transferencias de saldo o calculadora para consolidación de deudas a fin de determinar cuál es la mejor opción para su situación única.
En última instancia, todos necesitan ahorros para emergencias. Si bien reducir las deudas parece una estrategia conservadora cuando no está seguro sobre su seguridad financiera, la mejor opción puede ser tener algo de ese efectivo a mano. Y en el mejor de los casos, si llega a una situación segura sin tener que utilizar esos fondos, aún así podría usarlos para cancelar deudas.
Si necesita consejos, calculadoras, hojas de trabajo y recursos educativos diseñados para ayudarlo a tomar decisiones financieras más inteligentes, visite Next Step de Regions.
*Las preguntas de la encuesta integral "Financially Fit Family" (familia en buen estado financiero) formaban parte de una encuesta nacional por Internet que se desarrolló entre el 1 y el 5 de abril de 2020. Alcanzó a N=2,000 adultos estadounidenses y los resultados fueron ponderados y son representativos de todos los adultos estadounidenses (mayores de 18 años).