Establecer un plan filantrópico para toda la familia
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No siempre es fácil llegar a un consenso en torno a las causas que más nos importan. Aquí le contamos cómo unirnos e inculcar la responsabilidad a las nuevas generaciones.

Involucrar a sus hijos o nietos en charlas sobre la filantropía familiar es un paso clave en su educación financiera. Pero esté preparado, ya que las nuevas generaciones pueden tener puntos de vista muy diferentes sobre las donaciones —y eso está bien. “La filantropía, en su conjunto, a menudo puede unir a la familia”, explica Jeffrey H. Winick, estratega de patrimonio sénior de Regions Bank.

Un enfoque inclusivo de las donaciones, regido por los valores, permite considerar diferentes perspectivas. No solo eso, sino que hablar de las diferentes perspectivas generacionales puede sentar las bases de un plan filantrópico que ayude a todos a alcanzar sus objetivos. Los creadores de patrimonio que buscan asegurar su legado pueden explicar esa visión a sus herederos. Las nuevas generaciones que desean dar su opinión en las conversaciones familiares pueden sentirse escuchadas.

Aquí le explicamos algunas de las mejores prácticas a seguir a la hora de desarrollar un plan filantrópico en familia.

  1. Respete las diferentes opiniones en las reuniones familiares

    Cuando hablamos de valores y objetivos, a veces parece haber un gran contraste entre los creadores o administradores de patrimonio y las generaciones más jóvenes. “En cuanto a lo que les gustaría conseguir con sus donaciones, las nuevas generaciones tienden a preocuparse más por las cuestiones sociales con una perspectiva geográfica más amplia, mientras que las generaciones anteriores se centran más en los objetivos tradicionales de sus donaciones”, afirma Winick.

    Pero la mayoría de las familias puede llegar fácilmente a un consenso: creen en la importancia de donar. “Crear un plan filantrópico para toda la familia no consiste necesariamente en estar de acuerdo, sino en conciliar”, sostiene Stephen M. Russell, líder de administración del patrimonio privado de Regions Bank en Nashville. “Se trata de formar a la próxima generación de líderes filantrópicos, no de imponerles una consigna: ‘Esta es la causa que vamos a apoyar con esta fundación’”.

    Las familias pueden conciliar en la planificación filantrópica al organizar reuniones o retiros familiares periódicos. “En las reuniones familiares no solo se comparten diferentes opiniones y se habla sobre progresos y éxitos”, afirma Winick, “también son un espacio para que las partes interesadas aborden la toma de decisiones y la creación de consenso”.

    “Si las nuevas generaciones observan que los integrantes de la familia colaboran y hasta incluso llegan a acuerdos sobre el destino del dinero, estarán mejor preparadas para hacer lo mismo cuando llegue su momento”, dice Russell.

    Las reuniones familiares no son solo para hablar de negocios. “También sirven para ampliar horizontes y conocer mejor las causas”, explica Winick. “Puede invitar a oradores, asesores o personas que eduquen a la familia sobre distintos temas. A veces las opiniones pueden cambiar”.

    Este gráfico se titula: “Encontrar el medio apropiado para donar”. Hay una introducción y tres viñetas. La introducción dice: “Estos medios pueden ayudarle a reducir su base imponible y optimizar su estrategia de donaciones. Considere cuál es el que más le conviene”. La primera viñeta dice: “Los fondos asesorados por donantes permiten a los donantes obtener deducciones fiscales inmediatas por sus contribuciones benéficas. Estos fondos son una buena opción para las familias que desean crear su propia fundación, pero que no quieran asumir los gastos y el trabajo administrativo”. La segunda viñeta dice: “Las fundaciones comunitarias abordan problemas en un área geográfica específica. Una fundación comunitaria puede agrupar las donaciones para abordar necesidades específicas de la comunidad y apoyar a organizaciones sin fines de lucro locales”. La tercera y última viñeta dice: “Las fundaciones privadas tienen una misión benéfica y están controladas por un único individuo, familia o corporación. Dado que las fundaciones privadas suelen ser creadas por un único benefactor, los fondos pueden distribuirse para ayudar de diferentes maneras”.

  2. Defina y ejemplifique los valores fundamentales

    Priorizar las donaciones benéficas resulta aún más fácil cuando las familias tienen en claro sus valores fundamentales. Tal vez les interese apoyar causas medioambientales, mejorar la comunidad a través de la educación o colaborar con un grupo espiritual o religioso. Articular estos valores puede ayudar a las generaciones a conectar en lo que coinciden, en lugar de centrarse en las diferencias. El trabajo duro y la perseverancia también influirán en su estrategia de donación.

    También puede haber diferentes puntos de vista, lo cual está bien. Por ejemplo, supongamos que un creador de patrimonio apoya desde hace tiempo a una iglesia local con una organización sin fines de lucro para personas que intentan sobreponerse, lo que beneficia a su pueblo o ciudad. Quizás los integrantes de la generación más joven quieran apoyar una misión en África que está construyendo un sistema de aguas subterráneas. “Combinar causas internacionales o globales con el apoyo local o regional puede hacer que la experiencia filantrópica de una familia sea más completa. Si hay inclusión, la ampliación de la misión familiar puede beneficiarse al considerar los puntos de vista y experiencias de múltiples generaciones”, afirma Winick.

    Aunque sus donaciones se manifiesten de forma diferente, ambas generaciones pueden alinearse en los valores fundamentales subyacentes que permiten que un plan filantrópico familiar funcione.

  3. Ofrezca oportunidades de liderazgo y trabajo significativo

    La generación más joven puede entender mejor el panorama filantrópico tan solo con formar parte de él. “Participar en eventos de recaudación de fondos puede ser muy motivador. Esto puede implicar ser portavoz de la familia, conocer gente de su generación o adquirir dotes de liderazgo”, dice Russell.

    Según los medios caritativos de su familia, existen distintas formas de contribuir. En el caso de causas específicas, los jóvenes pueden supervisar proyectos, como eventos de recaudación de fondos, al tiempo que aprenden más sobre el beneficiario de la donación. Tanto si se trata de una visita a un lugar en el que los jóvenes puedan ver directamente el impacto de las donaciones, como de pequeños proyectos que ellos mismos supervisen, ofrecer a las nuevas generaciones un papel activo dentro de una organización puede fomentar su compromiso con la filantropía.

    Si tiene una fundación familiar, hay varias formas de desarrollar el liderazgo dentro de la organización, explica Russell. Tal vez los miembros de la nueva generación puedan dirigir un consejo juvenil encargado de investigar una causa concreta, elaborar un argumento e informar al consejo oficial los motivos que justifican una donación.

    Cuando los creadores de patrimonio se plantean su legado, “también puede ser útil nombrar asesores sucesores de la primera generación”, afirma Russell. Aunque la nueva generación no tome las riendas hasta mucho más adelante, ser un sucesor puede transmitir un sentido de propósito y responsabilidad.

  4. Defina claramente el éxito y el impacto de las donaciones

    Un paso crucial en la creación de un plan filantrópico a largo plazo para toda la familia es enseñar a la generación más joven “qué es el éxito y cuál es el objetivo final”, dice Winick, y agrega que es importante definir tanto los resultados tangibles como los intangibles.

    Supongamos que concede una subvención a una organización educativa para construir un nuevo edificio. Empiece por hablar con la nueva generación sobre el plazo previsto para alcanzar el objetivo. Aunque el impacto tangible inmediato puede ser la finalización de la construcción, ¿cuáles podrían ser otros beneficios tangibles? A medida que el proyecto avanza, pueden hablar sobre los avances y comprobar si van por buen camino. Una vez finalizado el proyecto de construcción, quizás el nuevo indicador sea la cantidad de personas que se beneficiarán de becas educativas gracias al nuevo edificio y la concordancia entre el propósito y el resultado. Estos también son ejemplos de resultados tangibles.

    Definir los resultados intangibles de un proyecto puede ser más complicado. “Es importante ayudar a las generaciones más jóvenes a entender que el rendimiento de una inversión benéfica no es el mismo que el de una inversión empresarial —y de eso se trata”, afirma Russell. Por ejemplo, la mejora de la comunidad en general y del potencial de los participantes son resultados intangibles de la financiación de un centro educativo.

    Ahora que que los integrantes de la generación posguerra están a punto de transferir un patrimonio de más de $53 billones, el valor de un plan filantrópico familiar podría cobrar urgencia para muchas familias en un futuro próximo. Por eso es tan importante que los adultos jóvenes empiecen a promover una mentalidad caritativa.

    “Lo mejor es empezar cuento antes”, dice Winick. “Los adultos jóvenes que están dispuestos a marcar la diferencia pueden encontrar diferentes formas de mejorar su comunidad —o hacer del mundo un lugar mejor”.


Hable con su asesor patrimonial de Regions acerca de:

  1. Qué pasos debe tener en cuenta a la hora de organizar su primera reunión familiar sobre filantropía.
  2. Cómo conciliar con una generación más joven que tiene otra visión del patrimonio.

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