Aunque hablar de dinero no suele ser un tema de conversación habitual en una primera cita, no deja de ser un asunto importante a tratar con una posible pareja.
Por Brienne Walsh
Milli, un programa de contenidos sobre mujeres y dinero patentado por Dotdash Meredith, editorial de Real Simple, InStyle, Investopedia y The Balance, entre otros.
Aproximadamente un año después de empezar a salir y a cohabitar, mi actual marido y yo tuvimos nuestra primera y dolorosa conversación sobre dinero.
"No puedo seguir invitándote a cenar", me dijo en el auto mientras estábamos llegando a nuestro departamento en Brooklyn, New York. Luego se largó a llorar. Lo que no me dijo es que había empezado a sacar dinero de su cuenta de ahorros para pagar nuestras citas. Estaba gastando más dinero de lo que podía permitirse para invitarme a salir.
En aquel momento, sentí que me estaba diciendo que no podía seguir invirtiendo dinero en mí, y yo también me puse a llorar. Pero ahora que llevamos 14 años de relación, desearía haber evitado todo ese lío emocional (y la falta de comunicación resultante) al mantener una conversación seria sobre el dinero en las primeras etapas de nuestra relación.
"No tener esas conversaciones sobre el dinero puede generar una discordancia narrativa", explica Cara Macksoud, directora ejecutiva de Money Habitudes. "Si no contamos la historia real de por qué tomamos determinadas decisiones sobre el dinero, dejamos que la persona con la que salimos cree su propia historia sobre por qué hacemos lo que hacemos".
Según un estudio reciente, el 72% de los estadounidenses creen que hay que hablar seriamente sobre el dinero antes de la convivencia o de una proposición de matrimonio, pero solo uno de cada tres cree que es apropiado tener este tipo de conversaciones en las primeras etapas de las citas.
Pero hacerlo puede ahorrarle muchos disgustos en el futuro. A continuación encontrará consejos sobre cómo hablar de dinero con alguien con quien está saliendo.
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Valores monetarios: comprenda los suyos de antemano
Las investigaciones demuestran que a los 7 años de edadlos hábitos monetarios ya están fijados en los niños, que los aprenden de sus padres y de su entorno. Y aunque es posible cambiar el comportamiento con respecto al dinero (por ejemplo, creando el hábito de hacer un presupuesto), es más complicado cambiar los valores esenciales.
Por ejemplo, Ruthie Duran Deffley, psicoterapeuta de Savannah (Georgia), dice que posiblemente usted ya piensa que una persona “buena” es austera y ahorra dinero. O quizá piense que la vida es demasiado corta, así que más vale gastar lo que tiene mientras lo tiene.
Quizá no sepamos dónde o por qué desarrollamos esas creencias: “Los mensajes que recibimos sobre el dinero cuando somos niños suelen ser no verbales y, por lo tanto, no tenemos el lenguaje necesario para articularlos”, afirma Macksoud.
Pero para tener una relación saludable, ya que el matrimonio es también un contrato financiero, es importante aprender a expresar nuestros principios en relación con las finanzas.
Para saber cuáles son sus valores monetarios, empiece por utilizar los recursos del sitio web de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos.
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Cómo iniciar una conversación: hágalo de forma distendida y divertida
Aunque el dinero sea un asunto serio, las conversaciones sobre él no tienen por qué ser aburridas. Para averiguar más sobre los valores monetarios de su cita, empiece con preguntas en tono distendido, como por ejemplo: “¿Cuáles eran tus vacaciones favoritas cuando eras niño?”
“Alguien que creció practicando esquí todos los fines de semana va a tener una actitud muy diferente hacia el gasto de dinero en comparación con alguien que conducía una hora para visitar a sus abuelos una vez al año”, dice Erika Wasserman, directora ejecutiva de Your Financial Therapist, con sede en Miami, Florida.
Incluso una pregunta tan simple como , “Me encanta tu camisa, ¿dónde la compraste?” puede darle información sobre los valores monetarios de alguien. Por ejemplo, si la compró en una tienda de segunda mano, puede que le gusten las gangas o que no tenga mucho dinero para gastar en ropa más cara. O si menciona la marca, tal vez le guste gastar en artículos caros. “En cada historia que alguien nos cuenta, es muy probable que haya una conversación subyacente sobre el dinero”, dice Macksoud.
Wasserman también dice que no pasa nada si las conversaciones son un poco incómodas al principio. Al fin y al cabo, los estudios demuestran que los estadounidenses prefieren hablar de política y de la muerte y no de sus finanzas. “Empiece poco a poco y consolide la intimidad”, recomienda Wasserman.
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Grandes revelaciones sobre el dinero: cómo elegir el momento adecuado para abordarlas
Dado que más de la mitad de los estadounidenses se muestran reacios a hablar de dinero, no es de extrañar que estas conversaciones puedan ser increíblemente estresantes en una cita, sobre todo si se trata de un tema delicado como la deuda de los préstamos estudiantiles o los salarios.
Aun así, no existe un momento inoportuno en una relación para tener esta conversación. “Si no mantienen conversaciones sobre el dinero, entonces creo que no están intimando demasiado el uno con el otro”, dice Macksoud.
Para que la conversación sea menos dolorosa, elija el momento adecuado, agrega Deffley. “No inicie la conversación si uno de los dos tiene hambre, está cansado, sufre algún dolor físico o está estresado”, dice. “Busque un momento en el que ambos estén plenamente presentes y haya espacio para superar cualquier incomodidad”.
Wasserman sugiere algunos trucos sencillos para que una conversación difícil resulte menos incómoda. Por ejemplo, hacerlo en el auto para no tener contacto visual directo. O sentarse espalda con espalda, de modo que se estén tocando, pero evitando sentimientos de tensión y ansiedad.
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Utilice un lenguaje positivo
Es natural sentirse un poco desconcertado si alguien con quien está saliendo alardea de cuánto dinero gana pero nunca paga la cuenta. En lugar de reaccionar con enojo o sorpresa, señala Deffley, trate de plantear preguntas desde la curiosidad. Por ejemplo, diga algo como: “Me doy cuenta de que nunca pagas la cuenta, me pregunto por qué”. En lugar de: “¿Entonces, no piensas pagar en las citas?”. Los estudios demuestran que el uso de señales verbales que muestren empatía y autenticidad es una de las formas más eficaces de aplacar debates que podrían resultar acalorados.
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Está bien hacer una pausa
Que una conversación sobre dinero no vaya bien al principio no significa que nunca vaya a ir bien. A veces, uno de los integrantes de la pareja se puede mostrar visiblemente agitado (alzando la voz, por ejemplo) durante una conversación sobre dinero. “Si nota que alguien se pone a la defensiva, es un buen momento para hacer una pausa”, dice Deffley. Tómense un respiro, recapaciten y retomen la conversación cuando ambos se sientan tranquilos, sugiere.
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Esté atento a las señales de alerta
Tanto Deffley como Wasserman coinciden en que, aunque algunas revelaciones financieras pueden resultar impactantes (como una deuda de seis cifras en tarjetas de crédito), es más impactante si la persona con la que está saliendo no quiere hablar de ello. “Si alguien se declara en quiebra pero no quiere decirle por qué, es una gran señal de alarma”, dice Wasserman.
¿Por qué? Es normal cometer errores en la vida, pero como dice el refrán, si no se aprende de ellos, es probable que se vuelvan a cometer. Peor aún es no hablar de ellos con alguien con quien está empezando a tener una relación íntima. “Usted tiene conversaciones sobre dinero con posibles parejas para aumentar la conexión y avanzar hacia un futuro compartido”, dice Deffley. Si su pareja no quiere conversar en absoluto, la conexión está bloqueada desde el principio.
“Cada uno tiene su propio camino financiero”, agrega Macksoud. “Al salir con alguien, tiene que averiguar si pueden emprender ese camino juntos”.
Brienne Walsh es escritora y vive en Savannah, Georgia. Colabora con Forbes, Rangefinder y MarketWatch, entre otras publicaciones.
Tres cosas para hacer:
- Descubra nuevas formas de ser más inteligente con su dinero.
- Aprenda a planificar vacaciones que se ajusten a su presupuesto.
- Descubra algunas nuevas formas de ahorrar en las que quizá no había pensado antes.