¿Qué son los códigos de categoría de comerciante (MCC) y por qué son importantes?

¿Qué son los códigos de categoría de comerciante (MCC) y por qué son importantes?
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Todo lo que debe saber sobre los códigos de comerciante que determinan los cargos de procesamiento, los tipos de transacciones prohibidas y mucho más.

Como propietario de un negocio, seguramente está al tanto de los códigos del Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte (NAICS) y de la Clasificación Industrial Estándar (SIC). Estos dos sistemas son los que utilizan la Oficina del Censo de EE. UU. y la Comisión de Valores y Bolsa, respectivamente, para clasificar los tipos de negocios en el mercado. Sin embargo, no hay dos negocios exactamente iguales y categorizar su negocio por NAICS y por SIC tal vez no capte la naturaleza de los bienes y servicios que proporciona a sus clientes.

Es allí donde aparecen en escena los códigos de categoría de comerciante o MCC. Creados por el IRS en 2004 para facilitar las declaraciones impositivas, estos códigos de cuatro dígitos son emitidos por los procesadores de pagos para brindar una vista granular de la naturaleza de los negocios. Los MCC tienen efectos considerables en su negocio.

Entender la especificidad de su negocio

La manera de configurar su cuenta de procesamiento para comerciantes es fundamental. Introducir de manera correcta la información detallada de su negocio (como los bienes y servicios que ofrece, las cantidades de tickets esperadas o promedio y el volumen general procesado con tarjetas) es garantía de un procesamiento eficiente y eficaz de sus pagos.

La finalidad de los MCC es plasmar con precisión qué ofrecen los negocios. Los códigos abarcan la gama desde “limpieza en seco” hasta “servicios de declaración impositiva” y “tiendas de pelucas y peluquines” y todo lo intermedio.

De acuerdo con Shea Thames, gerente del producto Servicios para Comerciantes en Regions Bank, la mayoría de los negocios ofrecen un producto o servicio específico que pertenece a un MCC. Sin embargo, puede haber casos en que un negocio particular brinde productos o servicios separados y distintivos.

Como ejemplifica Thames: “Una concesionaria de autos puede tener un MCC para el área de compras de autos y otro para el área de servicio. Una tienda de conveniencia puede tener un MCC asociado con los alimentos y otros artículos que se venden dentro de la tienda y contar con otro MCC para los surtidores de gasolina en el exterior. Por lo general, los propietarios de negocios optarían por separar este tipo de servicios no solo por MCC, sino también en cuentas de procesamiento de pagos diferentes, que es una medida útil para la contabilidad y otros fines”.

Más allá de la clasificación, los MCC son significativos para estudiar a sus clientes, sus necesidades y los tipos de pago utilizados en su establecimiento. Los MCC pueden afectar la capacidad de sus clientes para recibir reembolsos en efectivo o puntos de recompensa para ciertos tipos de transacción. En algunos casos, se pueden usar para garantizar que no se ejecuten tipos de transacciones prohibidas.

Piense en una base de clientes que son usuarios regulares de tarjetas corporativas. Las tarjetas corporativas son un buen ejemplo, porque pueden tener ciertos tipos de gastos que están permitidos —o prohibidos— por las políticas del negocio en concreto que otorga las tarjetas a los empleados. “Los empleados pueden usar las tarjetas para cubrir gastos de viáticos y comidas, pero no algunos gastos clasificados como entretenimiento o indumentaria”, explica Thames.

Los consumidores actuales saben mucho y tienen acceso rápido a los detalles y beneficios de sus tarjetas. Por esta razón, como propietario de un negocio, debe garantizarles que puedan usar las tarjetas en su negocio y que los beneficios y las recompensas no estén impedidos en función de los MCC.

Determinación del riesgo crediticio

Tal vez el aspecto más importante de los MCC desde la perspectiva del propietario de un negocio es que se aplican para determinar el nivel de riesgo de un negocio y, en consecuencia, la cantidad que se le cobra por cada transacción de pago. “Un MCC se corresponde con la percepción del procesador de pagos del riesgo de reintegro que representa su negocio”, sostiene Thames.

Hay muchos factores que determinan el nivel de riesgo, como el valor promedio del ticket y si las transacciones son presenciales, por teléfono o en Internet. Un factor determinante es el tiempo de entrega. “Consideremos el ejemplo de una tienda de muebles. Si el tiempo entre la venta y la entrega estimada del mueble es de seis semanas, pero se prolonga a cuatro meses, los reintegros a la cuenta de procesamiento de pagos del negocio podrían ser más habituales, porque los clientes podrían cambiar de opinión y solicitar la devolución, lo que incrementa el riesgo”, afirma Thames. “De manera alternativa, un restaurante tendría una entrega inmediata, un valor de ticket promedio más constante y un volumen procesado total uniforme, lo que reduce el riesgo general”.

También es más probable que los procesadores consideren más riesgosos los llamados negocios basados en la satisfacción. “Los fotógrafos, los planificadores de eventos y los artistas de maquillaje son buenos ejemplos de este tipo de negocios. Si los clientes quedan disconformes con lo que pagaron, pueden disputar los cargos, lo que pone al propietario del negocio en riesgo de perder los fondos después de haber proporcionado el bien o prestado el servicio”, sostiene Thames.

Costos y configuración

¿En qué afecta todo esto los cargos que se le aplican? Las categorías de MCC son muy específicas y afectan los precios y las tasas. “La configuración de la cuenta debe ser la correcta desde el principio para disminuir las retenciones, garantizar los mejores precios y reducir la necesidad de revisar la cuenta de manera frecuente”, comenta Thames.

Thames explica que todas las transacciones generan costos asociados. Estos costos pueden ser una tasa de intercambio, un porcentaje de puntos de base y un posible cargo por transacción, los cuales son todos pertinentes para su industria, el MCC y el riesgo de reintegro. Las tasas de intercambio se vinculan con la tarjeta que se usa para los pagos y las redes de tarjetas. El porcentaje y los cargos por transacción se asocian con el procesador de pagos. El MCC que se le asigna a su negocio, por ende, tiene un efecto importante en las tasas que se le cobrarán cada vez que procese el pago de un cliente.

Si bien se generan efectos tangibles para su negocio, el proceso de asignación del MCC está a cargo principalmente del procesador y se guía en gran medida por las reglas de la gestión de riesgo interno estándar y las redes de tarjetas. Esto significa que establecer el MCC de su negocio no tiene costo. “No es necesario acercarse a un tribunal para definir y registrar una licencia o estatutos comerciales y pagar un cargo. El procesador de pagos completa el trámite como parte de su proceso estándar”, informa Thames.

Si bien los propietarios de negocios no determinan sus propios MCC, saber y entender el MCC de su negocio es un recurso valioso. El MCC elegido puede afectar sus costos de procesamiento de pagos, la calificación de riesgo de su cuenta y el calendario de revisiones y, en algunos casos, definir si el titular de una tarjeta puede usar su tipo de tarjeta en su negocio.


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