
Si se ha encontrado con una riqueza repentina, aprenda cómo administrarla de manera efectiva.
Ya sea que provenga de un abuelo o de la venta de un negocio, heredar una importante suma de dinero siendo joven puede cambiar la vida por completo. Puede utilizar ese nuevo patrimonio para comprar una vivienda, obtener una título universitario avanzado o invertir en el mercado de acciones. Pero si no tiene experiencia en la administración de grandes montos de dinero, podría tener problemas.
David Puckett, vicepresidente y asesor de patrimonio en Administración del Patrimonio Privado de Regions en Birmingham, Alabama, dice que la falta de experiencia puede causar que los jóvenes tomen decisiones espontáneas y desacertadas con respecto a su nuevo patrimonio. Es por eso que comparte cuatro formas de administrar la riqueza repentina:
1. Reúna un equipo de asesores de confianza
Cuando recibe una gran cantidad de dinero, no recurra sus amigos y familiares para que lo ayuden a administrar su patrimonio. Ese es un trabajo para profesionales certificados. Puckett recomienda contratar a un asesor legal, a un asesor de patrimonio y a un profesional de impuestos o contador público certificado para evaluar su actual situación y formular una estrategia que aborde las cuestiones relacionadas con sus prioridades a corto plazo y sus objetivos financieros a largo plazo. Estos profesionales pueden brindarle un asesoramiento valioso y ayudarlo a evitar que cometa errores con su dinero.
2. Realice una análisis del flujo de efectivo
Determine cuánto dinero necesita para vivir de acuerdo a un presupuesto estipulado para poder administrar mejor su flujo de efectivo y evitar los gastos excesivos. Puckett recomienda retener durante nueve meses a tres años las necesidades de flujo de efectivo estimadas en activos de escasa volatilidad, como el efectivo y/o los bonos a corto plazo.
3. Asegúrese de contar con la estructura adecuada para poseer activos
Si decide invertir su dinero, piense en qué porcentaje de activos desea invertir en acciones, bonos y equivalentes de efectivos. Evalúe de qué forma distribuirá dichos activos entre las cuentas de inversiones calificadas y no calificadas. Además, decida cuántos activos retendrá en áreas gravables y cuáles colocará en cuentas no gravables.
4. Cree un fideicomiso irrevocable
Un fideicomiso irrevocable es aquel que no puede modificarse. Este tipo de fideicomiso puede ser beneficioso si necesita ayuda para controlar sus gastos o si le resulta difícil tomar decisiones. Un fiduciario controla el fideicomiso y aplica una norma para distribuir los activos, tal como usted lo indicó en los documentos del fideicomiso.
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