Buenas noticias y malas noticias
2022 de mayo
Se avecina un comienzo arduo para los mercados bursátiles mundiales en 2022 y es posible que se enfrenten a una situación compleja que los acompañará durante los meses estivales con obstáculos tales como la incertidumbre en la política monetaria, el conflicto entre Rusia y Ucrania y la permanencia de la política “cero COVID” de China, lo que generará un impacto en la confianza y en la rentabilidad de los valores en el corto plazo. A pesar de que la incertidumbre generada por la normalización de la política monetaria y la guerra en Ucrania nos acompañarán por un tiempo, China podría relajar sus restricciones de confinamiento relativamente pronto, lo que erradicará los temores en torno al impacto inflacionario por las trabas en la cadena de suministro a nivel global. Sin embargo, el optimismo en cuanto a la reapertura de la economía china y de las cadenas de suministro a nivel mundial probablemente se contrarreste, al menos en parte, por la presión alcista adicional en los precios de las materias primas en lo que el país reabra. Este escenario acentúa la crisis en la que se encuentran los inversionistas como una buena noticia en materia de economía y podría generar un impacto negativo en los precios de los bienes ya que la presión alcista sobre los precios de las materias primas contribuyen a dicha incertidumbre y se enfoca en la estabilidad de los precios. Los bancos centrales parecen estar decididos a mantenerse “duros” hasta que se logre disminuir la demanda lo suficiente o hasta que algo se rompa en la economía, un enfoque que presentará desafíos para los valores en los meses venideros.
Si bien será doloroso, la economía estadounidense podría soportar un aumento aun mayor en los precios de las materias primas, pero los costos elevados de dichas mercancías tras la guerra en Ucrania ya afectan fuertemente a Europa y la presión alcista adicional en los precios de los alimentos y energía podría resultar particularmente dañina. Los precios del petróleo crudo y del gas natural aumentaron abruptamente debido a que la Unión Europea (UE) propuso multas divididas en etapas para el petróleo y los productos refinados (gasolina) de Rusia a principios de mayo y un repunte en los precios de las materias primas en lo que la economía china se reactiva podría ser la gota que colme el vaso y obligue al Banco Central Europeo (ECB) a implementar un aumento en las tasas a corto plazo. Cuando el ECB comience a normalizar la política, las expectativas de crecimiento económico de la eurozona probablemente presenten una tendencia aun más baja y, dependiendo del ritmo de los aumentos en las tasas, se aclamará con mayor vehemencia una recesión inminente, lo que dificultará aun más la capacidad de mantener una postura positiva sobre las acciones europeas.
Las acciones nacionales de gran capitalización, al parecer, se encuentran bien posicionadas para soportar los desafíos inflacionarios y geopolíticos, pero no son inmunes a la volatilidad. Tal es así que el S&P 500 podría ser simplemente el mejor sitio en medio del caos, al menos por un tiempo. Los valores con una mayor rentabilidad podrían seguir obteniendo ganancias ya que los inversioniastas respaldan características “defensivas”, lo que se relaciona con lo que decíamos de distribuir en pos de la “calidad” en el balance de este año. El S&P 500 es el índice de “calidad” más alta que existe, pero una tendencia alcista a corto plazo podría estar limitada dado la exposición excesiva de dicho índice a los sectores de tecnologías de la información, servicios de comunicación y de discrecionalidad del consumidor, los cuales se enfrentan a dificultades a causa de la suba en las tasas de interés. Es muy probable que los índices SMid a nivel nacional sigan enfrentándose a desafíos por los costos de la mano de obra y materias primas en alza, y las dos variables antes mencionadas podrían tener un impacto en los márgenes de los próximos trimestres. Nos gusta la fuente de ingresos centrada en EE. UU. de la que hacen alarde estas empresas, pero una distribución más neutral sigue siendo la medida más prudente dado que las presiones significativas en los costos posiblemente persistan.
Los mercados emergentes se enfrentan a desafíos a causa de la suba en los precios de las materias primas y de un dólar estadounidense más fuerte, pero muchos bancos centrales de mercados emergentes comenzaron a aumentar las tasas a corto plazo en 2021 y están un paso por delante del FOMC y de los bancos centrales europeos, lo cual podría resultar en una mayor rentabilidad relativa proveniente de valores y bonos de mercados emergentes. Vale la pena controlar a China específicamente y a los mercados emergentes en términos generales en busca de signos de deterioro. Sin embargo, por el momento, nos sentimos cómodos con una postura neutral en relación con nuestros parámetros estratégicos. Es posible que Europa se lleve la mayor carga por el alza de los precios de las materias primas, y poco después de que el ECB comience a aumentar las tasas a corto plazo, será cada vez más probable que la economía de la eurozona entre en recesión. Esperamos que las acciones de mercados desarrollados en el exterior se desfasen y analizamos minuciosamente nuestra exposición y distribución.
Fuente: Bloomberg, Factset