Historias reales sobre amor, mentiras y engaños que aparecen en el balance y no en el romance
Por Stacy Morrison
Milli, un programa de contenidos sobre mujeres y dinero patentado por Dotdash Meredith, editorial de Real Simple, InStyle, Investopedia y The Balance, entre otros.
Lauren* estaba muy enojada cuando entró y el labrador chocolate de raza saltó sobre ella y empezó a ladrar. Primero, no le gustaban los perros. Segundo, pronto descubrió que el perro era, en realidad, su perro, suyo y de su esposo. Esta fue una revelación impactante, en especial, porque Lauren le había dicho específicamente a su esposo solo unas semanas antes que no quería un perro. Le dijo que implicaba una enorme carga financiera y un gran compromiso de tiempo. Tenían un hijo, Lauren estaba estudiando en la facultad de derecho y tenía un trabajo de tiempo completo.
Por supuesto que Lauren empezó a querer al perro, y la pareja avanzó con su vida. Lauren obtuvo su título de abogada, tuvieron otro bebé y ambos lograron consolidarse en sus empleos.
Pero el perro no fue la única sorpresa financiera. Unos años después, hizo lo mismo con un bote. “Simplemente, fue y lo compró sin ninguna discusión al respecto, y me lo escondió por un largo tiempo”, dice Lauren. “O sea, ¿cómo uno puede esconder un bote?”. (Respuesta: se compra con fondos secretos y se amarra en la marina de un amigo). ¿Y saben qué? Lo hizo también con un auto.
"Creo que lo normalicé", señala ahora. "Pensaba que era algo común que las parejas discutieran sobre dinero". Pero, con el tiempo, las mentiras de su esposo generaron verdaderas grietas en la confianza entre ellos, y Lauren empezó a ahorrar su propio dinero secreto. Todo esto, a la larga, tuvo un rol importante en la ruptura de su matrimonio de 30 años.
Es muy tentador ignorar los gastos secretos ocasionales y pensar que “son cosas que pasan”. Pero la verdad es que cualquier comportamiento oculto en las finanzas de una pareja es una infidelidad financiera.
La infidelidad financiera implica algún tipo de ocultamiento o decepción. Como cualquier otra forma de infidelidad, es una acción que infringe las reglas, expectativas y límites de una relación.
Y es algo muy común. Una encuesta nacional de 2021 del National Endowment for Financial Education demostró que el 43% de los estadounidenses cometieron un acto de decepción financiera en su relación, desde esconder compras, dinero en efectivo o cuentas (que son los comportamientos más comunes) hasta mentir sobre deudas. Y las encuestas más recientes indican que este porcentaje no ha cambiado en absoluto.
Escondió las facturas sin pagar en el baúl
Isabelle* notó que su esposo estaba escondiendo algo cuando descubrió más de seis meses de facturas sin pagar (facturas que se suponía que su esposo debía pagar) en una bolsa escondida en el baúl del auto de la niñera. “Estaba oculta bajo unos bancos, cubetas y toallas húmedas”, señala Isabelle. “Cuando agarré la bolsa, todas las cartas se cayeron. Había cientos de cartas, tarjetas, facturas y estados de cuenta. Casi todos los papeles estaban húmedos y cubiertos de arena”.
En ese momento entendió esas pequeñas cosas que venían pasando hacía meses, como cuando se rechazó su tarjeta AmEx en un almuerzo laboral o cuando el saldo de su cuenta bancaria parecía incorrecto en su aplicación de administración financiera. "Nunca lo cuestioné, porque nunca cuestioné mi matrimonio", dice Isabelle.
Unos seis meses antes, le había pedido a su esposo que se encargara de administrar las facturas mensuales. Habían estado casados por 15 años y ella estaba empezando un nuevo negocio y, a la vez, criando a un bebé y a un niño de 4 años. "Yo era la encargada de las finanzas en nuestro matrimonio, pero estaba con muy poco tiempo. Estaba empezando una empresa y me encargaba del 90% del cuidado de los niños y de las tareas del hogar", señala Isabelle. "Así que le pregunté a mi esposo: '¿Puedes encargarte de pagar las cuentas? Están todas en línea, en un solo lugar. Está todo en orden'. Y él dijo que lo haría, que se encargaría".
Pero no lo hizo.
Isabelle descubrió que la tarjeta AmEx no se había pagado, que se había hecho negociación de acciones con margen con las acciones que ella tenía (se había retirado dinero contra su valor) y que las facturas de servicios públicos se habían pagado a cuentagotas, solo lo suficiente como para que no cortaran el servicio.
"Incluso después de eso, no podía admitirlo ni tenía ninguna explicación", afirma Isabelle. "Lo perseguí por toda la casa llorando y tuvimos una de esas discusiones que duran hasta la madrugada". La verdad recién se supo uno o dos días después durante una cita de terapia de emergencia que Isabelle organizó. Allí, finalmente confesó y dijo que no había pagado las cuentas porque se sintió abrumado y no quería pedirle ayuda a Isabelle. Entonces, perdió la cuenta, las facturas se fueron acumulando y se hizo una bola de nieve.
"No podía pedirme ayuda porque se sintió despojado de su virilidad y me culpó por haberlo hecho sentir así", señala Isabelle, con un tono de voz cargado de incredulidad, incluso después de 15 años. "Amaba a mi esposo, pero tuve que hacerme cargo de las consecuencias. Sabía que nunca más podría confiar en ese hombre". Ella puso fin a su matrimonio y sentía mucha vergüenza de contar por qué, incluso a sus amigos.
Hablar de dinero no es sexy, pero es necesario
Si bien son muy diferentes, lo que las historias de Isabelle y Lauren tienen en común son los problemas de comunicación. Y, lamentablemente, esto es algo que ocurre en muchas parejas estadounidenses. A las personas les cuesta hablar sobre dinero, en especial, porque es algo que está muy entrelazado con problemas emocionales profundamente arraigados, como compromiso, confianza y control.
"Las personas comienzan un matrimonio con expectativas sobre su vida financiera", indica Anne Malec, psicóloga clínica y terapeuta financiera, de parejas y familias de Chicago. "Pero estas expectativas, en general, no se expresan".
De acuerdo con una encuesta reciente que NerdWallet desarrolló con Zola, el 60% de los estadounidenses afirman que hay temas financieros que no conversaron con sus parejas antes de casarse (aunque les gustaría haberlo hecho). Los cinco temas principales son objetivos financieros, presupuesto, deudas, facturas mensuales e ingresos.
"A las personas no les gusta hablar sobre dinero porque no es romántico ni sexy", agrega Malec. "Pero es la parte práctica que mantiene la solidez de una relación".
Otro motivo por el cual las personas no conversan sobre dinero es porque es un tema "tabú", aún más que hablar sobre sexo. O bien, porque crecieron en hogares donde había muchos conflictos en torno al dinero y ahora prefieren evitar el tema por completo. El dinero es un punto de estrés para el 63% de los adultos en los Estados Unidos, según la American Psychological Association, que ha estado supervisando este tema por más de una década.
Lo que es muy complejo para la definición de infidelidad financiera es que la mayoría de las parejas no se toman un tiempo para establecer las reglas. Y si no hay reglas, ¿cómo uno puede saber si las está infringiendo?
Malec afirma que la infidelidad financiera es un problema que surge en más de la mitad de sus clientes que buscan terapia financiera. Y reconoce que suele haber una falta de dominio básica del dinero, como personas, no solo como parejas. "Como sociedad, no hacemos un muy buen trabajo para enseñar a las personas sobre el dinero. Algunos padres nunca hablan de dinero frente a sus hijos y, luego, esos niños se vuelven adultos que no saben nada sobre hipotecas o tarjetas de crédito", señala. "O, tal vez, algunos padres no dieron un buen ejemplo sobre cómo tener una relación saludable y funcional con el dinero".
Lauren, la mujer cuyo esposo había comprado un bote en secreto, reconoce que esto fue un factor en su matrimonio. "Nos casamos jóvenes y nunca tuvimos esas conversaciones sobre dinero", señala. "Ninguno de los dos tuvo buenos ejemplos: el papá de mi esposo estuvo en bancarrota un par de veces y mis padres solían mantener en secreto las compras que hacían".
Debra Kaplan, una terapeuta licenciada y autora de For Love and Money: Exploring Sexual & Financial Betrayal in Relationships, afirma que no tener buenos ejemplos en el manejo de las finanzas y no hablar sobre dinero son cuestiones típicas. Las parejas necesitan tener conversaciones sobre dinero. Sin esto, surgen suposiciones, sobre el trabajo, la importancia de los ahorros y cuánto gasta cada persona, que empiezan a generar tensiones en la relación. Y cuando las expectativas no habladas no se cumplen, el resentimiento empieza a aparecer.
"El resentimiento es uno de los motores principales en algunas de estas infidelidades financieras", afirma Malec. Las razones típicas que suele escuchar de sus clientes suelen ser: "Ella quería controlar mis gastos", "Él siempre me dice que no", "Él hizo grandes compras sin consultarme, ahora me toca a mí" y "Ella no quiere que hablemos sobre armar un presupuesto".
Castigo financiero
Ashley* sabe bastante sobre resentimiento. Al principio, ella y su esposo tenían una relación financiera sencilla, ambos tenían buenos trabajos, ambos ahorraban y repartían el pago de las facturas. Pero, luego, nació su hijo. Él tenía necesidades especiales y necesitaba mucho más cuidado, lo que hizo que Ashley perdiera su empleo. Por este motivo, su esposo abrió una pequeña cuenta conjunta y le dejó un presupuesto muy estricto, algo que a ella le resultaba insostenible. Al poco tiempo, Ashley se empezó a abrumar y se sentía menospreciada. Y, finalmente, comenzó el castigo financiero.
Una vez estaban en una lujosa boda en Berkshires, y Ashley recuerda haber visto un hermoso collar en la vitrina de una joyería del hotel. "Empecé a desear ese collar", afirma. "Mi esposo y yo ya no estábamos bien. Él se había vuelto tacaño y distante, y me trataba mal en lo que debería haber sido una escapada romántica".
Ella siguió dando vueltas mirando el collar hasta que, finalmente, decidió que tenía que comprarlo. Costaba $1,200. "Me sentía ignorada, limitada en cuanto a lo financiero y menospreciada", señala Ashley. "Así que decidí que me merecía ese collar por tener que soportar a mi marido. Para mí, era como un pequeño objeto secreto de venganza, porque él era tan mezquino". Aún tiene el collar y lo adora, pero, a la larga, su matrimonio se terminó.
"El estrés financiero y los frecuentes desacuerdos sobre las finanzas contribuyen a disminuir la satisfacción en la relación", señala Sonya Britt-Lutter, una investigadora de Kansas State University que ha estudiado a las parejas y la infidelidad financiera. En su estudio, en el que encuestó a 4,500 parejas, el dinero surgió como el principal motivo para las peleas en un matrimonio, y las peleas sobre dinero son uno de los mayores indicadores de divorcio.
Y es un poco irónico que la reacción de muchas personas ante el estrés sea gastar dinero. Un estudio de Journal of Consumer Psychology descubrió que salir de compras es una estrategia de afrontamiento legítima. Las personas que están tristes, estresadas o asustadas sienten que no pueden controlar sus vidas, y hacer compras es un ejercicio de autonomía. Lo veo, lo quiero, lo compro. Y esa gratificación instantánea se siente bien, al menos por un tiempo breve.
Esta es la razón por la que el campo de la terapia financiera, que se especializa en llegar a las raíces de los hábitos económicos de los clientes, está creciendo. Se trata de descubrir el "punto de congestión emocional", afirma Kaplan, "ese miedo o esa creencia subyacente que impone la forma en que una persona gestiona el dinero".
No es solo un traspaso de la corona real
Si ninguna de las personas de la pareja se involucra en la planificación financiera para la familia, lo que ocurre es una "abdicación financiera". Suena elegante, como un traspaso de la corona real, y de cierta forma lo es. Sin embargo, esto básicamente significa que una persona se libera por completo y le otorga las riendas de las finanzas a su pareja.
Si bien hubo muchos cambios para las mujeres,cada vez menos hombres son el único sostén en su matrimonio estos días, y el porcentaje de matrimonios en el que las mujeres son el sostén principal ha aumentado (las expectativas de género aún son un factor importante en la definición de la dinámica financiera). Un estudio del 2019, el más reciente en su tipo, demostró que el 56% de las mujeres dejan toda la planificación a largo plazo a sus esposos. Y, si bien un estudio de Experian demostró que la mayoría de los hombres y las mujeres (94%) piensan que la "responsabilidad financiera" es un atributo importante en una pareja, solo 2 de cada 5 de las personas encuestadas creen que la responsabilidad de las finanzas del hogar debería ser compartida.
"No se puede delegar la responsabilidad financiera en una pareja", afirma Malec. Y hacer eso solo porque a su pareja le gusta tener el control o tiene más experiencia "puede crear una dinámica en las parejas que es muy parental", señala. "No cree una situación en la que su pareja tenga que decir que no y se convierta en la 'persona mezquina'. O, peor aún, en la que diga que sí, cuando en realidad es algo que no se pueden permitir".
Aun si su pareja es quien lleva las cuentas, como hacía Isabelle, involúcrese. Malec, Kaplan y casi todos los terapeutas financieros y expertos recomiendan tener reuniones mensuales en las que la pareja defina objetivos, revise sus cuentas y decida si se deben hacer algunos ajustes.
Algunas personas creen que estas infidelidades y errores pueden corregirse. Pero todos deben comprometerse en la conversación. El plan financiero no es algo que pueda hacerse y dejarse en automático. Las finanzas son algo práctico, no se pueden definir una vez y listo. Los planes financieros pueden cambiar por completo día a día.
Esos cambios financieros también pueden cambiar una relación. Cuando salieron a la luz todos los secretos en torno al dinero e Isabelle se dio cuenta de que su matrimonio no se podría recuperar, le dijo a su niñera, cuyo auto se había usado como accesorio para la infidelidad, que ella y su esposo se iban a separar. "Estaba conmocionada", señala Isabelle. "Todos los que lo conocían decían que era leal y muy buena persona. Pero le dije a mi niñera: 'Un año de matrimonio no te garantiza otro año. Diez años de matrimonio no te garantizan otros 10. El matrimonio se sostiene día a día. Y la infidelidad financiera es como un sistema de raíces subterráneas que se esparce y contamina todo con el tiempo, incluso si en la superficie todo parece normal'".
* Se usaron sinónimos a pedido de estas fuentes.
Stacy Morrison es escritora, editora y asesora de contenido, y fundadora de Koi Beads.
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