¿Realmente hay un mejor mes para comprar un auto? Esta es una mirada a los diferentes momentos, temporadas e ideas de cuándo comprar un auto.
No hay nada como el aroma de un auto nuevo, aunque rápidamente puede verse abrumado al percatarse de que quizás haya pagado de más por él. Un automóvil es una de las compras más caras que la mayoría de la gente hace, una que generalmente se queda con ellos a través de años de pagos mensuales. Nadie quiere la dicha de conducir un auto para que sea invalidada por el dolor de pagar demasiado por él.
Afortunadamente, hay muchas buenas ofertas cuando se trata de comprar un automóvil. Hay rebajas, pagos con cero interés y otras formas de ahorrar. Los compradores entendidos pueden encontrar un auto de calidad a buen precio, especialmente si eligen los momentos indicados para visitar la sala de exposición.
Comprar un auto es una de esas raras ocasiones en las que la falta de resolución puede ser algo bueno. Se pueden encontrar algunas de las mejores ofertas si se espera hasta fin de mes o, mejor aún, fin de año.
La mayoría de los concesionarios trabaja con un sistema de bonificación mensual, por el cual reciben un cheque de bonificación si cumplen con ciertos objetivos de ventas al mes. Si están por alcanzar ese objetivo dos o tres días antes de fin de mes, hay un incentivo adicional para que el concesionario haga otra venta. Por ejemplo, si les falta un auto para alcanzar una bonificación de $2,000, les valdría la pena rebajar $1,000 o incluso $1,500 del precio.
Sin embargo, si un concesionario ha tenido un período de ventas particularmente bueno y ha alcanzado el número de bonificación antes de que el mes termine, la motivación principal para recortar los precios ha sido eliminada. Así que es posible que el mismo concesionario que ofrece descuentos al final de un mes no ceda en el precio al mes siguiente.
Una opción mejor sería esperar hasta fin de año, cuando podría haber incentivos mucho mejores para que los concesionarios negocien. Las bonificaciones por ventas anuales son significativamente más altas que las mensuales. Así que, nuevamente, si un concesionario está por alcanzar un objetivo de ventas que origina una bonificación sustancial, hay incentivo para recortar $2,000 o $3,000 del precio.
Además, los concesionarios a veces están desesperados por liquidar el lote de modelos de ese año para hacer lugar a las últimas y más importantes ofertas, que generalmente comienzan en septiembre y octubre. A diferencia del vino, los autos nuevos que no se han vendido no se añejan bien. Cuando voltea el calendario, todos esos vehículos tienen ya un año de antigüedad. Sin embargo, en realidad siguen siendo autos básicamente nuevos con casi ninguna milla recorrida. A no ser que un fabricante haya hecho un cambio de diseño importante con un modelo, la diferencia práctica en los autos de un año a otro es leve. Pero la diferencia en el precio puede ser significativa.
El peor momento del año para comprar un auto, particularmente uno usado, podría ser en la primavera. Llegan los cheques de devolución impositiva y la gente comienza a conducir más, a medida que el clima invernal desaparece. Con efectivo adicional en mano y días más cálidos por venir, más gente busca comprar un auto. Y más compradores significan más oportunidades para los concesionarios para vender sin tener que ofrecer descuentos.
Como la mayoría de los productos, el precio de un auto depende en parte de si es un mercado del comprador o del vendedor. Siempre que los concesionarios tengan un incentivo adicional para vender, ése es el mejor momento para comprar.
